Sololá y yo (III)


Rafael Téllez Garcí­a

Y Chalo Yurrita perteneciente a las palomas blancas unido a poderosos sectores, oponentes a Sagastume Pérez es aniquilado en ese distrito. Regreso a la capital y con sorpresa y estupefacción y simpatí­a de altos dirigentes de mi partido, 18 municipios se suman a la reestructuración del Partido. Uno en contra por un descuido y error cometido en Santa Clara La Laguna, a cuyo lugar un secretario muy conocido en la zona Luis Humberto Ovalle (q.e.p.d.) gana la plaza con un documento utilizable y sorpresivo. Este es el comienzo y la causal del liderato. La reunión de todos estos lí­deres se produce en la alborada de la Convención un 20 de febrero de 1972, dí­a de homenaje al Héroe Nacional Tecún Umán, vinculado estrechamente a mis esfuerzos cí­vicos anteriores a ser polí­tico pero que es bueno declarar ahora con absoluta honestidad, desconocido su penetración en el área sololateca, pese a representaciones de principales en los fastos dí­as de exaltación. Se alegaba y se alega por mis detractores que era el sí­mbolo de mi campaña. No sé si negarlo, pero el departamento más misterioso de la República me acoge y sus sajorines siguen elevando plegarias por mi salud y mi bienestar. El sajorí­n mayor, Andrés Chiyal es el culpable de ese triunfo peerrista que se produce después. í‰l me señala como el lí­der departamental y futuro diputado y anuncia que podrí­a llegar a ser el Vicepresidente de Guatemala. Su adhesión, sus luchas y su afecto continúan. Su voz le tengo registrada en jornada memorable, donde el esfuerzo se suma nuevamente para librar una batalla dura e histórica. Allí­ se afirma y señala definitivamente el triunfo en el año de 1974.

Debo anotar un hecho singular que es necesario recordarlo por el problema graví­simo de dos distinguidos sololatecos Carlos Benjamí­n Sánchez y Raúl Saenz Archila. Ellos fueron apresados por una boberí­a de muchachos dentro del lago de Atitlán frente a la casa de descanso del Ministro de Gobernación. Ricardo López Padilla me dio el aviso urgente para que interviniera. Gracias a una amistad militar, fue suavizando el caso peligrosí­simo que vivieron estos ilustres ciudadanos.

Estos son algunos de los hechos históricos que me unen entrañablemente con Sololá.