El que era hasta hace poco uno de los departamentos más pujantes de la zona occidental del país, se ve hoy ensombrecido de toda posibilidad de desarrollo, con una baja radical en el turismo -su principal actividad económica-, tras la contaminación del lago de Atitlán, inundaciones en decenas de localidades por el paso de la tormenta tropical Agatha y un problema histórico de escasez de alimentos.
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La tragedia de la localidad de Panabaj, Sololá, en 2007, marcó el destino para cientos de habitantes de ese departamento. Una desgracia que trajo muerte y desolación, también provocó una caída en el turismo y por ende, una baja en la economía departamental de la que no había muestras de recuperación hasta hace poco.
Pero de nuevo, las cosas se complican en segundo departamento de menor extensión territorial. El turismo se vino abajo con la contaminación del lago de Atitlán por una cianobacteria y hace unas semanas, la tormenta Agatha agravó la situación.
Carol Aguirre, de la Mancomunidad de Sololá comentó «que han sido afectadas varias comunidades dedicadas al turismo, entre las que se cuentan San José Utatlán y Santa Lucía Utatlán, así como en la mancomunidad de Tzolojya que son Makatitlan, Manlalaguna. También Panajachel, San Andrés Semetabaj y San Antonio Palopó».
El problema radica en que la contaminación del lago de Atitlán, el principal atractivo turístico local, ya no es más llamativo cuando el fango y las algas se apoderan de todos los recursos hídricos, pese a que existen esfuerzos para limpiar las aguas del reservorio natural.
Mario Méndez, propietario de un pequeño hotel, dice que ya son varios los negocios que cerraron sus puertas, y otros que consideran hacer lo mismo, por la baja de visitantes, de la que parece «no va a haber una recuperación pronto».
«Ya no tenemos los ingresos de hace dos o tres años, y eso nos complica todo. El problema es que tampoco tenemos muchas opciones para obtener ingresos», refiere. «El problema es que el impacto es para todos: los hoteles, restaurantes, comerciantes, tiendas, lanchas, en fin, para todos».
EN RIESGO
Pero al mismo ritmo que cae la economía, también se derrumban las viviendas, luego del paso de la tormenta tropical Agatha, que afectó seriamente la infraestructura civil y vial de la localidad.
«Todo el departamento de Sololá está en riego, ya que tiene muchas laderas y montañas, en las que habitan varias familias desplazadas y comunidades pobres», indicó Aguirre.
Según la lideresa de la mancomunidad, aproximadamente 19 han sido los deslaves que afectaron a varios departamentos. «Gracias a Dios no se reportaron fallecidos, ya que la población está organizada para prevenir desastres».
Sin embargo, la lluvia acabó con decenas de viviendas y cosechas, lo que complica aún más la situación, pues la economía de subsistencia desapareció y la principal fuente de ingresos, el turismo, se viene abajo.
ALIMENTACIí“N
Según Leocadio Juracán, coordinador General del Comité Campesino del Altiplano CCDA, la producción de granos y la adquisición de insumos es una seria debilidad en Sololá, tras la tormenta tropical y la baja en el turismo.
El líder comunitario destaca que, además de los problemas coyunturales, Sololá padece de una falta de alimentos a lo largo de decenas de años.
«Aunque las zonas turísticas parecen muy desarrolladas, también hay pueblos y aldeas alejadas de los beneficios del turismo, a las que llega poca o ninguna ayuda de parte del Gobierno», refiere.
Para lograr la sostenibilidad vinculada con la seguridad alimentaria, las estrategias deberán incluir además de lo relativo al fomento de la producción, propuestas que permitan la adquisición y posesión de recursos productivos así como el acceso a la tierra para poder cultivar, refiere Juracán.