En ciudad Guatemala, capital del país, se inauguró el servicio de transporte público exclusivo para mujeres e infantes menores de 12 años; la finalidad es brindar un entorno más seguro a estos dos sectores de población tantas veces vulnerados. Este innovador servicio que se ofrece, por ahora, de forma parcial, queda pendiente de ampliar a otras zonas y sectores de la ciudad en donde las usuarias mujeres esperan recibir ese beneficio, de paso a lo mejor lo extienden a todo el país, que sería lo acertado.
Por una querida colega supe con anticipación de este proyecto, que por cierto, no crean ustedes que es novedoso, ni resultado de una gran pensada, mucho menos inédito, o producto de la sensibilidad social de empresarios y autoridades; no, nada de eso, esta mismísima medida funciona hace mucho tiempo en otros países.
Quienes mejor aprecian este tipo de servicio-beneficio son las mujeres, en particular las usuarias, así que me dediqué a provocar a algunas amigas, con las cuales compartí mi punto de vista crítico, acerca de este mentado servicio de transporte público sólo para mujeres. “Que es una buena medida para todas nosotrasâ€, “Que es una discriminaciónâ€, “Que las mujeres no se entretengan en buscar leyes o lugares selectivos, sino en combatir el sistema opresorâ€, “Que aparece en época electoral y refleja intereses políticosâ€, “Que la segregación, más parece una medida chafaâ€,… y no sé qué y no sé cuántos.
Aunque no logré concitar a la totalidad de las amigas consultadas, comparto algunas de sus reflexiones, recibidas como reacción a la provocación que les lancé y de la que les conté antes. Y esto es lo que dicen ellas:
María: “Una decisión que discrimina a otros sectores sociales de población, por tanto, es un servicio discriminatorio que por excluyente, viola derechos humanos. No obstante, en el entorno de inseguridad pública e impunidad que domina en el país, la medida es buena para nosotras; pero insisto en señalar que es discriminatoria, en este caso, estoy hablando de discriminación positivaâ€.
Patricia: “Un beneficio y un derecho que tenemos como mujeres, derecho a la vida, seguridad e integridad. Un servicio que brindará más seguridad, para evitar que los hombres lo sobajeen a una o que seamos victima de asaltos o abusos sexualesâ€.
í‰bano, residente en México: “Lo de la segregación me parece una medida chafa, requete chafa. No es por ahí, no va por ahí… pero celebro que ustedes celebren. Me uno a la fiesta, pero como siempre tengo mis temores. No me subo nunca al vagón del metro de mujeres, porque es horroroso. Re feo tú. Ahí lo pasan sobando a una las mujeres, chichudas y no chichudas, las feas y las bonitas y la neta camioneta que a mí chichi con chichi, no me gusta. No minimizo el discurso electorero, pero la verdad, es que salir de la subordinación necesita mujeres de mucho mundo, que no se peleen entre sí. Que se respeten y se quieran. Que no sean racistas ni machistas.â€
“El vagón de mujeres, se torna más denso que el otro. Pues las mujeres machas son horribles, usan camisetas, tienen músculos de hombres pelotudos y se portan peor que hombres machos. ¿Entonces? Me parece que desestructurar los pensamientos machistas es mejor. Urge una verdadera quitada de máscaras y ser todos y todas compadres en eso de desarticular el sistema poderoso que nos tiene a todos bajo su ocupación mental y material… Es el ser social el que determina la conciencia.â€