El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, dijo ayer que «sólo Dios» podrá echarlo del cargo mientras la oposición anunciaba que podría retirarse de las presidenciales por el clima de violencia que ya ha costado la vida a 70 de los suyos.
«Al MDC (Movimiento por un Cambio Democrático, principal opositor) nunca se le permitirá gobernar este país, nunca jamás», dijo Mugabe en una reunión con empresarios locales.
«Solamente Dios, quien me ha elegido, puede sacarme. Ni el MDC ni los británicos pueden hacerlo», aseguró Mugabe, de 84 años de edad, el único presidente que ha conocido su país desde que se independizó de Gran Bretaña en 1980.
Mugabe, que acusa a su rival en las presidenciales, Morgan Tsvangirai, de estar al servicio de Londres, dijo este mismo viernes en un mitin que no permitirá que unas elecciones «revoquen nuestra independencia».
Tras denunciar que 70 de sus militantes han sido asesinados desde la primera vuelta celebrada el 29 de marzo pasado, la oposición respondió anunciando que el domingo comunicará si sigue o no en la carrera electoral.
Ante los actos de «de violencia e intimidación, decidiremos si todavía creemos que se respeta la voluntad del pueblo y, en consecuencia, si todavía es pertinente participar en la elección», dijo a la AFP el portavoz del MDC, Nelson Chamisa.
El tema divide al MDC y otros dirigentes de la formación aseguraron que seguirían en la contienda.
Así, Tsvangirai hizo un llamamiento a «votar nuevamente por el cambio» en una carta abierta a sus seguidores, mientras Innocent Gonese, secretario de asuntos legales del MDC, afirmaba que retirarse «no resolverá nada».
En las elecciones generales del 29 de marzo, Mugabe sufrió un serio revés y su partido, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), perdió el control de la cámara de diputados mientras él recibía menos votos que Tsvangirai en el primer asalto de la pugna por la jefatura de Estado.
Aunque la ONU sostiene que los partidarios del presidente están tras la ola de violencia que vive el país desde entonces, el poder pretende que la oposición es la culpable.
El número dos del MDC, Tendai Biti, está acusado de subversión -delito que se castiga con la pena de muerte- y este viernes vio como la justicia rechazaba su petición de salir de la cárcel bajo fianza, por lo que permanecerá encerrado al menos hasta el 7 de julio.
Además, el jefe de policía de Zimbabue, Augustine Chihuri, amenazó a la oposición con usar «toda la fuerza necesaria» para poner fin a una violencia de la que es la «principal responsable».
El aumento de la presión sobre la oposición ha sembrado alarma en la comunidad internacional.
La Unión Europea (UE) dijo que estaba lista para imponer nuevas sanciones a los responsables de los crímenes políticos en Zimbabue, en alusión al régimen de Mugabe.
La Comisión Europea es el principal donante del país africano, al que en 2007 dio 90,7 millones de euros en asistencia humanitaria y otras ayudas para la población.
La UE ya reforzó en junio de 2007 las sanciones impuestas cinco años antes por la represión de la oposición y la violación de los derechos humanos.
Famoso en el pasado por su floreciente agricultura, Zimbabue sufre una dura crisis económica con la inflación más alta del mundo y una carestía alimentaria de la que algunos responsabilizan a la reforma agraria de Mugabe, que arrebató las granjas más productivas del país a los propietarios blancos para dársela a gente sin experiencia o amigos del régimen.