No podemos ignorar que el problema principal del país es, que más de la mitad de los niños y jóvenes que deberían estar en la escuela están fuera de ella por razones muy diversas; económicas y sociales, las principales.
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Un cambio real en el país solo podrá darse con un verdadero impulso al sistema educativo, es decir, estructurando y planificando desde ya, los primeros pasos para implementar la POLíTICA EDUCATIVA NACIONAL que tenga sus objetivos inmediatos, mediatos y teleológicos; para el efecto, habrá que conformar un equipo de trabajo (experimentados educadores por excelencia) que trabajen por lo menos durante SEIS MESES en el diseño de la misma.
Con el nombramiento de la señora Cynthia Del íguila para desempeñar el cargo de Ministra de Educación, esperamos que, con su experiencia de haber sido viceministra, pueda tener claro que el problema de no contar con una política educativa, es el meollo del atraso en las diferentes manifestaciones pedagógicas del ministerio.
En relación a la educación impartida en entidades privadas, cada una de éstas cree que son el solo hecho de haber obtenido su autorización de funcionamiento les hace “libres, soberanos e independientes†de la normativa legal que rigen tales actividades, disponiendo los propietarios de las mismas, sobre aspectos pedagógicos, didácticos, evaluativos y administrativos, sin ser ni siquiera maestros; lo que complica sus actividades internas y en el ministerio encuentran el rechazo legal correspondiente.
Si el gobierno invierte en educación, habrá transformaciones más pronto de lo que pensamos; los cambios esperados son que en esta década Guatemala duplique la oportunidad de ingreso a la educación preprimaria, primaria y media, aumentando su tasa de innovación, es decir, con nuevos métodos y técnicas educativas científicas y tecnológicas, lo cual redundará en aumentar el ingreso per cápita y el acceso a un nivel digno de vida.
Debemos alejarnos ya del deshonroso 2º. LUGAR que ocupamos en América Latina sobre desarrollo humano, es decir, somos SUBCAMPEONES en desigualdades que no permiten el acceso a la educación, salud, ingresos y aún por razones de género; debido a las erróneas políticas educativas de las administraciones anteriores que no le dieron cabida (por ignorancia) a la EDUCACIí“N PARA EL TRABAJO.
Se debe hacer un esfuerzo enorme para que el sistema educativo cambie; y pueda brindar oportunidades a la mayoría de la población (escuelas e institutos nacionales) pues desde hace muchos años las discusiones en el país se han centrado en otros tópicos, de suyo también importantes, pero se pasó por alto el principal problema que no hemos resuelto: de cada 10 educandos, sólo 1 llega a la educación superior.
Aunque no llegue a leer estas líneas, señora Ministra, en nombre de muchos docentes, padres y madres de familia, le damos la bienvenida y esperamos que usted sí trabaje por la población estudiantil, haciendo a un lado los negocios de la oligarquía.