Solidaridad con el anciano



La Hora nunca ha ocultado su interés y preocupación por favorecer al adulto mayor y consideramos como muy solidaria y humana la iniciativa que se planteó en su momento para brindar asistencia a las personas de la tercera edad que no perciben beneficios de ningún régimen de seguridad social y que no tienen quién vele por ellos. Creemos fundamental para la sociedad que sepamos tener ese elemental sentido de solidaridad porque el ideal es que muchos puedan llegar a viejos y que eso les permita cosechar al menos la dignidad que por edad les corresponde.

Sin embargo, cuando el Congreso aprobó la ley para proteger al adulto mayor, vinieron las objeciones tildando de populista la medida y encontrando en la falta de claridad para establecer el origen de los fondos para cubrir las pensiones el elemento para impugnar la norma. Ahora el Congreso, subsanando ese problema de no definir el origen de los fondos, crea una muy modesta contribución que deberemos hacer todos los guatemaltecos que tenemos alguna empresa o que percibimos un salario, para crear el fondo de pensión que permita a los adultos mayores que no tienen seguridad social y demuestren que no tienen quién por ellos, recibir una mí­sera cantidad de dinero para cubrir necesidades realmente básicas.

El gobierno ha dicho que no vetará la ley y el Presidente está dispuesto a sancionarla, pero ya se levantan voces tildando la iniciativa de populista, pasando por alto que hay en ella un ingrediente de solidaridad y justicia que no puede ser ignorado por nadie. Impugnar una ley de esta naturaleza, que nos obliga a todos a poner nuestro verdadero granito de arena en la ayuda y protección de una cantidad de ancianos que no tienen quién vele por ellos, es en realidad difí­cil e inhumano porque aunque se quiera cuestionar la legitimidad moral de la norma, la verdad es que debemos partir del punto de que al menos alguien en el Congreso se ha preocupado por ese segmento de la población y que ahora lo que necesitamos es que se haga viable la pensión mediante la creación del fondo.

El ideal será que la sociedad encuentre mecanismos de largo plazo que nos permitan ayudar a la gente que más lo necesita, pero para ello harí­a falta que asumiéramos una mayor responsabilidad fiscal, cosa que no parece formar parte de la agenda ni del interés de los guatemaltecos. Es necesario que paguemos más impuestos para no depender de contribuciones especiales que tengan la finalidad de ser justas y solidarias con los que más necesitan. Es cuestión de digna actitud de pueblos que quieren crecer con justicia y equidad, lo cual no es posible sino por la ví­a del pago de los impuestos, lo cual no es del agrado de la multitud y por ello siempre se tildará de populismo cualquier acto de justicia. Y cuando venga el verdadero populismo, será por culpa de quienes no entendemos el concepto de justicia.