Gabriel Morales Castellanos
Universidad de San Carlos de Guatemala
«Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todos los peligros, oh Virgen siempre gloriosa y bendita. Amén».
El día uno de enero de cada año, a partir de la institución del nuevo Calendario Litúrgico, promulgado el 21 de marzo de mil 1999, la Iglesia Católica, celebra la solemnidad de Santa María Madre de Dios.
Tomás Parra Sánchez en su Diccionario de los Santos, nos informa que la piedad mariana se desarrolló desde los siglos III y IV, y en el año 431 el Concilio de í‰feso proclamó a la Santísima Virgen María, como «Madre de Dios».
Los Padres de la Iglesia, según Parra Sánchez, reconocieron el lugar especial de María en el misterio de la salvación, dándose a partir de los sucesos mencionados la antigua fiesta a la Madre de Dios, la cual no tenía una fecha fija y se realizaba en diferentes momentos según los lugares y países. Hasta que se estableció el día uno de enero conforme el nuevo Calendario Litúrgico.
A su vez Mario Sgarbosa y Luis Giovannini en su libro Un Santo para cada día, refieren que esta solemnidad es la primera fiesta mariana que apareció en la Iglesia occidental, reemplazando la costumbre pagana de las «strenae», porque los ritos de ésta contrastaban con las celebraciones de las fiestas cristianas.
El «Natale Sanctae Mariae» como celebración, nos dicen Sgarbosa y Giovannini, se inicia en Roma hacia el siglo VI, factiblemente unido a la dedicación de una de las primeras iglesias marianas de esa ciudad, siendo esta la de Santa María Antigua en el Foro Romano.
Estando la liturgia unida a la de Navidad, — continúan Sgarbosa y Giovannini – y al día uno de enero se le llamaba «in octaba Domini», para recordar el rito que se realizó a los ocho días del nacimiento del Señor, se leía el Evangelio de la circuncisión, iniciándose así el nuevo año.
A partir de los datos anteriores en relación a la solemnidad y recodando mis años de niñez, me referiré a una celebración especial dedicada a la Santísima Virgen María, que observé y viví durante muchos años en la Villa de San Juan Sacatepéquez.
Existe en la Parroquia de San Juan Bautista del municipio de San Juan Sacatepéquez del departamento de Guatemala, una escultura de vestir de la Virgen María, cuya advocación es del Rosario y los fieles de la misma por tradición de generaciones, por celebrarla los días cinco y seis de enero la conocemos y denominamos como Virgen de Reyes.
Esta imagen no está a veneración pública en la iglesia parroquial, porque la misma es a la vez una Virgen peregrina que por tiempos inmemoriales ha visitado cada semana del año una familia de la Villa de San Juan.
En cada hogar sanjuanero al que llega, se le coloca en un lugar especial de la casa, ornamentándosele toda la semana con bellas flores que producen las manos campesinas del municipio en sus terrenos de cultivo.
Se le recibe con regocijo y los miembros de la familia le rezan con devoción el rosario cada día, y al ser trasladada a otra casa se entrega a los miembros del Grupo Sagrada Familia encargados de su veneración y celebración una donación económica, la cual servirá para sufragar en parte los gastos de su fiesta, según información proporcionada por la Profesora Guisela Pineda Ortiz, integrante del grupo mencionado
Recordando mis años de niñez, traigo a colación los momentos en los cuales viví y participé en los actos que se realizaban para este día especial de la Iglesia Católica en San Juan, pero antes voy a referirme a la información que me han proporcionado personas mayores en relación a este acontecimiento anual.
Tratando de recuperar toda la información factible he recurrido a mis padres Francisco Morales Pineda y Alba Gloria Castellanos de Morales, quienes me proporcionaron los siguientes datos, indicándome que el día cinco de enero a partir de las tres de la tarde, se colocaba en su anda procesional a la imagen de la «Virgen de Reyes», en la calle enfrente de la casa de la señora íngela García Manzo.
A partir de ese momento se cerraba la calle a la locomoción de las personas y tránsito de vehículos, se regaba hoja de pino que junto con el pon y el incienso aromatizaban el espacio, así también se ornamentaban los exteriores de las casas de esa calle.
En ese espacio se colocaba el conjunto de marimba conocido como Marimba Maya, posteriormente denominada Flor Sanjuanera, que amenizaba esa tarde y parte de la noche con las piezas populares de ese entonces la presencia de la Virgen.
Es importante recordar que a estas calles donde estaba colocada la Virgen en su anda, llegaba la población a verla, venerarla y acompañarla, y la señora íngela García Manzo y su familia brindaban a los asistentes platillos típicos de la temporada y tazas de ponche.
A esta actividad del día cinco de enero se le denominaba y sigue denominando «La entrada de la Virgen», porque a las veinte horas eran levantadas sus andas y cargada en procesión hacia la iglesia parroquial.
En su recorrido las personas asistentes, iluminaban el movible espacio sagrado con velas, y un conjunto de banda amenizaba el cortejo con música acorde al ciclo folklórico de la navidad.
Al día siguiente se celebraba en la iglesia una solemne misa por la mañana, y a partir de las diecinueve horas salía a las calles, en su tradicional procesión denominada del día de reyes, nuevamente amenizada con la música de una banda, y sanjuaneras y sanjuaneros que la acompañaban, indicando que tanto para esta procesión como para la del día anterior se quemaban cantidad de fuegos pirotécnicos y toritos de luces.
En la actualidad, esta actividad se sigue realizando el cinco y seis de enero, habiendo cambiado la sede de la casa de donde sale la procesión el día de la entrada, yo recuerdo que en mi niñez y juventud ya no salía de la cada de la familia García Manzo, muchas personas han solicitado con mucho tiempo de antelación efectuar esta actividad y se les ha concedido, por lo tanto hoy día no hay un lugar fijo para ello, y ha salido de casas de varias familias.
Algunas familias de donde sale la Virgen el día cinco, aparte de marimba han agregado un conjunto de zarabanda para que amenice la breve estancia de la imagen esa tarde, y se sigue convidando a los asistentes a degustar un manjar de la gastronomía de la época, la misa solemne del día seis y el tradicional cortejo procesional continúan, y espero que así siga siendo por muchos años más esta tradición.
Al día siguiente la imagen de la Santísima Virgen María, es trasladada a la casa de la familia que la recibirá por una semana, y así será por el resto del año hasta que llegue el momento de realizar nuevamente su celebración.
Es de esta manera como la población católica de la Villa de San Juan Sacatepéquez ha celebrado por años y celebra en la actualidad a la Santísima Virgen María en su solemnidad de Madre de Dios el día de Reyes o de la Epifanía.
Quedan algunas preguntas, ¿por qué se le llama Virgen de Reyes a una imagen de la Virgen del Rosario, mientras que en la ciudad de la Nueva Guatemala de la Asunción se le denomina así a una imagen de la Inmaculada Concepción?, porque San Juan fue una localidad administrada durante la época de la dominación hispánica por la Orden de predicadores de Santo Domingo de Guzmán.
Y ¿Por qué se le celebra el día de la epifanía?, porque hasta antes de 1969 la Iglesia Católica no había definido una fecha, por lo tanto hoy continúa en los días en las cuales se originó.
¿Existen otras festividades similares a esta en honor a la Virgen María Madre de Dios, en otras localidades del país?, probablemente las de la Virgen del Rosario el primer lunes de enero en la ciudad de San Juan Amatitlán y la de la Virgen del Rosario de Morenos en la ciudad de Santo Domingo Mixco el último domingo de enero, ambas localidades al igual que San Juan Sacatepequez fueron administradas por los dominicos.