Soldados franceses llegan a República Centroafricana


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Soldados franceses llegaron hoy a la República Sudafricana, para tratar de sofocar la violencia en la capital, un día después que milicias cristianas atacasen barrios musulmanes, dejando 100 muertos.

Por KRISTA LARSON, BANGUI, Agencia AP

Por su parte, Gran Bretaña dijo que llevará pertrechos al país africano para apoyar la intervención francesa. El secretario del Exterior, William Hague, dijo el viernes que un avión de transporte C-17 efectuará tres vuelos a Bangui, el primero de ellos «próximamente».

Francia comenzó a enviar refuerzos a las pocas horas de una votación en la ONU el jueves que autorizó el despliegue de sus efectivos para tratar de estabilizar el país. Pero funcionarios franceses insistieron en que los objetivos de la misión son limitados: llevar un mínimo de seguridad a Bangui, donde la gente teme salir de sus casas, y apoyar a la fuerza africana de paz.

«Hay que asegurar, desarmar», dijo el ministro de Defensa francés Jean-Yves Le Drian a Radio France Internationale. «Hay que asegurarse de que los vándalos, los bandidos y las milicias sepan que no pueden usar las calles de Bangui para sus batallas».

Las calles de la capital estaban desiertas el viernes por la mañana, y los únicos vehículos que circulaban eran los de las fuerzas internacionales o rebeldes que se atribuyen control del gobierno.

No se repitieron los choques que dejaron casi 100 muertos la víspera en Bangui, dijo Le Drian.

Pero desde que miles de milicianos musulmanes invadieron Bangui en marzo, la ciudad sigue inundada de armas. Intentos recientes de desarme han sido infructuosos, en medio de un estado de virtual anarquía.

Desde el 2011, Francia ha intervenido en cuatro países africanos: en Costa de Marfil, en una misión conjunta en Libia, en Mali y ahora en la República Centroafricana.

En enero, Francia envió 5 mil soldados a Mali para aplastar a al-Qaida y otras milicias extremistas islámicas en el norte del país que eran consideradas una amenaza terrorista a naciones en la región. Esa misión fue mucho mayor que la fuerza enviada a la República Centroafricana, compuesta por unos 1.200 soldados que tratarán de ayudar a las tropas africanas de paz a restablecer la seguridad en país caótico en el que milicias musulmanes andan desenfrenadas tras derrocar al presidente en marzo.

Numerosas personas murieron en el ataque del jueves, incluyendo 48 cuyos cadáveres yacían en una mezquita en un suburbio al norte de Bangui. El grupo Médicos sin Fronteras dijo que otras 50 muertes habían sido confirmadas en sus hospitales, lo que eleva la cifra a 98.

Algunos de los muertos habían sido baleados y otros tenían lo que parecían ser heridas de machete.

El líder rebelde islamista y actual gobernante Michel Djotodia pidió la calma, mientras su residencia y la del primer ministro fueron saqueadas por combatientes. Djotodia anunció un toque de queda desde la puesta del sol hasta el amanecer en un esfuerzo para tratar de frenar los ataques de represalia contra cristianos por parte de musulmanes.

Djotodia, que es musulmán, consiguió unificar a varios grupos rebeldes islámicos del norte del país, donde el resentimiento hacia el gobierno central es grande. Pero una vez esos grupos invadieron la capital, él ha tenido poco control sobre la mezcla de combatientes inexpertos, niños soldados y mercenarios que reclutó.