Las tropas sirias entraron a un suburbio de la capital Damasco y a un pueblo cercano a la frontera iraquí, matando al menos a cinco personas en total, dijeron hoy activistas.
Los operativos de las fuerzas de seguridad parecen ser un intento del régimen del presidente Bashar Assad de evitar manifestaciones a gran escala durante el Ramadán, el mes sagrado musulmán, que comienza a principios de la próxima semana.
Las autoridades de Siria han emprendido una brutal campaña que, de acuerdo a grupos activistas, ha matado a más de 1mil 600 civiles desde que comenzaron las protestas contra el gobierno a mediados de marzo.
El gobierno ha buscado desacreditar a quienes están detrás de las movilizaciones al decir que son terroristas y extremistas extranjeros, y no verdader Save os buscadores de reformas.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, informó que cuatro personas murieron durante un operativo en Kiswah el viernes por la noche. Otra persona falleció cuando las tropas entraron en el poblado de al-Bukamal, cerca de la frontera con Irak.
Estas muertes aumentaron a 12 la cifra de víctimas que fallecieron el viernes, agregó el observatorio.
Mohamed Abdulá, vocero de los Comités de Coordinación Local que llevan registro de las protestas en Siria, indicó por su parte que al menos 22 personas murieron el viernes, seis de ellas en el operativo en Kiswah.
Ammar Qurabi, quien dirige la Organización Nacional por los Derechos Humanos en Siria, dijo que 19 personas murieron el viernes, incluidas tres en Kiswah y dos en al-Bukamal.
No se sabe con precisión por qué las cifras difieren, pero se sabe que cada grupo tiene sus propias fuentes.
Decenas de miles de personas que piden la destitución del régimen de Assad tomaron las calles de Siria el viernes y exhortaron a sus compatriotas que hasta ahora se han mantenido ajenos al movimiento a que se les unan.
El observatorio dijo el sábado que 1.888 personas han sido muertas desde que comenzó el levantamiento, de las cuales 1.519 eran civiles. El resto pertenecían al ejército y a las fuerzas de seguridad, agregó. Otros grupos dicen que el número de víctimas civiles supera los 1.600.
El levantamiento ha sido la amenaza más seria a la dinastía de la familia Assan que ha gobernado el país por 40 años.