El presidente y el vicepresidente electos han dicho que su gobierno será de tinte u orientación «socialdemócrata» y ílvaro Colom le ha agregado un calificativo de chapín, algo así como con sabor a tamal, sonido de marimba pura, fiambre y coloridos trajes típicos.
Por supuesto que no voy a poner en duda los conocimientos de la socialdemocracia de los integrantes de UNE, pero, por sí por pura casualidad uno de los más de un millón que votaron por ellos no lo saben, diré algo sobre la socialdemocracia.
La socialdemocracia como fuerza política surgió a fines del siglo XIX y a principios del XX después de desarrollarse la segunda internacional comunista (marxista) y se inspiró inicialmente en los postulados del marxismo, produciéndose una escisión entre los que se llamaron socialistas reformitas que pretendían reformas graduales con cambios legislativos y el socialismo revolucionario, que propiciaban los cambios a través de la lucha, particularmente de los obreros, contra el capitalismo.
El primer partido socialdemócrata fue fundado en Alemania en 1869 y le siguieron España en 1879, Dinamarca en ese mismo año, Bélgica (1885), Noruega (1887), Austria y Suecia en 1889 y Hungría en 1890, hasta extenderse en todo el mundo. Su verdadero creador fue el alemán Eduard Vernstein, fundador de la teoría evolucionista del socialismo mediante reformas parlamentarias, aunque sin embargo, en sus inicios, el partido socialdemócrata aceptó miembros del socialismo revolucionario como el mismísimo Lenin, que por a’i lo deben haber oído mentar.
En 1923, al celebrarse en Hamburgo, la III internacional comunista o Komintern, se produjo el verdadero nacimiento de dos corrientes los socialistas evolucionistas (socialdemócratas) y los revolucionarios (marxistas).
La socialdemocracia contemporánea busca encontrar la «sociedad del bienestar» mediante una regulación por parte del Estado de la actividad productiva, una mayor intervención en políticas económicas y una política fiscal agresiva para dotar de fondos, incluyendo subvenciones, a programas sociales y culturas.
Entre los socialdemócratas ilustres conocidos en nuestro mundo latinoamericano se encuentran: Lázaro Cárdenas (México) José Figueres y Osear Arias (Costa Rica), Michel Bachellet (Chile), Rómulo Betancourt, Carlos Andrés Pérez, (Venezuela) Ricardo Lagos, (Chile) Alan García, (Perú), Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero (España) y ílvaro Colom, para citar unos pocos.
Ahora bien, los comunistas y socialistas de izquierda dicen que los socialdemócratas han abandonado su proyecto de transformar gradualmente a la sociedad capitalista en una sociedad igualitaria y que el capitalismo sigue desarrollándose salvajemente, generando monopolios, concentración de riqueza y desigualdad.
Los políticos de derecha los critican diciendo que fomentan la burocracia estatal, manteniendo a muchos ciudadanos con excesivas cargas impositivas y que el Estado de Bienestar que pretenden alcanzar «supone un riesgo moral», porque fomenta la irresponsabilidad en las actividades económicas de los ciudadanos y muchos son subvencionados con la plata de otros.
La pregunta es: ¿Cómo funcionará nuestra socialdemocracia chapina? He allí el misterio.