Sobre las reformas electorales



Si bien hay coincidencias en que el desempeño del Tribunal Supremo Electoral fue en general bueno, en cuanto a la organización y realización del acto electoral, también las hay en que quedaron al descubierto carencias y que se necesitan cambios; tanto en la forma de trabajar, como en la legislación electoral.

Claudia Verónica López los resumió así­: «Se vieron algunas deficiencias como el tema de los finiquitos y la poca capacidad de sanción a los partidos polí­ticos, en todos los problemas que hubo» señaló la experta, refiriéndose a problemas como el inicio de la propaganda antes de tiempo y el irrespeto a algunas de las disposiciones de la Ley Electoral. «Como dice la gente, al TSE le hace falta dientes para llevar a juicio a los partidos polí­ticos que infrinjan la ley. Hay algunos artí­culos sobre financiamiento (a los) que no pudo dárseles seguimiento. Hay que fortalecer aún más al TSE como una institución rectora de todo el proceso electoral, y no únicamente como una institución logí­stica de dónde ponemos las mesas, que si bien es importante, no deberí­a ser ese el único papel, sino garantizar un proceso coherente y transparente, y (que) los partidos polí­ticos cumplan las normativas pero que también puedan ser sancionados».

Por su parte, Gustavo Porras puso el énfasis en la necesidad de controlar más el financiamiento de los partidos. «En términos del financiamiento de los partidos ?indicó? los cuatro años que vienen servirán para analizar cuánto la deuda polí­tica incide en el fortalecimiento institucional de los partidos y también en el Congreso se está discutiendo que hay que continuar con las reformas a la Ley Electoral e incrementar el financiamiento a los partidos. Me parece que efectivamente hay que aumentar el financiamiento público porque los partidos polí­ticos se han convertido en entidades privadas y dependen únicamente de los financistas. En muchos casos no se analiza quién tiene las mejores caracterí­sticas para ser candidato, sino cada vez las candidaturas se deciden en función de los recursos que se tienen para financiar las campañas».