Soberbias muestras de incultura general


Eduardo_Villatoro

Para su entretenimiento, estimado lector, abordo esta vez un asunto que se refiere a la cultura general de algunos polí­ticos extranjeros que pretenden ser candidatos presidenciales o ya fueron gobernantes.  Por supuesto que también entre los guatemaltecos que se dedican a esa noble actividad hay ejemplares notables, como el caso de un expresidenciable que, hace una década, anunció que una de las decisiones que adoptarí­a al asumir el poder serí­a suprimir el PIB, o sea el valor de los bienes y servicios producidos por el paí­s, porque era el más bajo de América Latina.

Eduardo Villatoro

 


Uno de los casos más llamativos de los dí­as recientes lo protagonizó el virtual candidato presidencial mexicano Enrique Peña Nieto, del PRI, quien, en la Feria Internacional del Libro, de Guadalajara, y después de dar una “Conferencia Magistral” sobre el tema, al responder a irrelevante pregunta reporteril, dijo que uno de los libros que ha leí­do es la Biblia, “aunque no toda”, aclaró, y en un fallido intento de no pasar como inculto señaló que el escritor Enrique Krause, compatriota suyo, era el autor de “La silla del águila”, cuando que esa novela la escribió el laureado Carlos Fuentes.
   Peña Nieto, exgobernador del Estado de México, en otro amago de salir airoso añadió que “La verdad es que cuando leo libros, me pasa que luego no registro del todo el tí­tulo. Me centro más en la lectura, pero más o menos da una idea de los libros que he leí­do”. Ante la oleada de crí­ticas de que fue objeto, una hija suya terminó por hundirlo más, al anotar en su página de facebook que quienes se han mofado de su padre “son una bola de pendejos” y “son hijos de la prole”. El aspirante del PRI se disculpó que por esa otra metida de pata familiar.
   Anteriormente, el también mexicano Vicente Fox, expresidente de su paí­s, cuando Mario Vargas Llosa ganó el Premio Nobel de Literatura en 2010, comentó en  Twitter: “Felicitaciones Mario. ¡La hiciste! Ya son tres Borges, Paz y tú (sic)”, aludiendo al argentino Jorge Luis Borges, quien no recibió el codiciado galardón, y a Octavio Paz.
   A propósito de argentinos, el expresidente Carlos Menen no tuvo empacho en decir en una desafortunada intervención pública: “Leo mucho a Sócrates. Tengo la colección completa de sus obras”, desconociendo que el filósofo griego no dejó nada escrito. Y para darle más sabor al caldo de su cultura, en otra ocasión declaró que “No se trata de sacarle a los ricos para darle a los pobres, como hací­a Robinson Crusoe”,  confundiendo al solitario náufrago con Robin Hood.
   Otros gaffes más da a conocer un artí­culo de BBC Mundo; mientras que la agencia AP informa de algunas pifias de aspirantes presidenciales de Estados Unidos por el Partido Republicano, los cuales, al parecer, no están en condiciones de medirse con un polí­tico tan pulido como el presidente Barack Obama.
   Por ejemplo, la ultraderechista (¿quién si no?) Michele Bachmann afirmó que las batallas de la revolución norteamericana de Lexington y Concord acontecieron en Nueva Hampshire; pero ocurrieron en Massachusetts, y para cerrar con broche de oro su ignorancia dijo que apoyarí­a el cierre de la embajada de Estados Unidos en Teherán. Hace años que Washington no tiene representación diplomática en la capital iraní­.
   Al leer estas muestras de estulticia tengo presente la frase de un grupo de ilustres guatemaltecos que desprecian a los poetas y exaltan a los soldados.
   (El reportero Romualdo Tishudo, en el pasillo de un partido polí­tico, vio este aviso:-No pase por aquí­. Si no sabe leer, pregúntele al de Seguridad).