Edward Joseph Snowden se hizo famoso hace unos días cuando su nombre y rostro fueron publicados por varios medios alrededor del mundo. El excontratista del National Security Agency (NSA) y la Central Intelligence Agency (CIA) consideró prudente poner en riesgo su vida al develar información confidencial de sus empleadores a un periódico británico. The Guardian publicó una serie de artículos conteniendo la información develada por Snowden y eso desató la ira de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña.

La información que este exagente de inteligencia mostró al mundo se refería a varios programas clasificados de inteligencia de dos de las superpotencias mundiales. Los programas estaban enfocados a la investigación e intervención masiva de datos en comunicaciones telefónicas y digitales de estadounidenses y británicos.  El joven originario de Carolina del Norte viajó a Hong Kong para buscar refugio antes de que el mundo se enterara de su identidad. Snowden declaró que la apertura de esta información era un esfuerzo para informar al público de lo que se hacía en su nombre y en contra de ellos, pero las autoridades del gobierno de Estados Unidos lo ven de manera diferente y no tardaron mucho tiempo en solicitar su inmediata repatriación y revocarle el pasaporte americano por violaciones a leyes de espionaje.

El dilema del pueblo americano se centra ahora en que muchos consideran a Snowden como un héroe y muchos otros lo consideran un traidor.  La mayoría de gobernantes de aquel país han estado haciendo todo tipo de presión en sus declaraciones a medios diciendo que Snowden es una amenaza pública por develar información de sus programas de espionaje. Casi siempre la justificación utilizada es la del terrorismo.  Muchos de ellos dicen que para evitar a toda costa los ataques terrorista o la sola posibilidad de que se planeen son necesarias las intromisiones del sistema a la vida privada de los individuos y las comunicaciones entre ellos.

Lo cierto del caso es que muchos de los medios tradicionales se han volcado a favor del sistema y contra Snowden y esto –no me cabe duda- a afectado la opinión pública. Aquellos que están contra Snowden se han dedicado a atacar ad hominem al exagente. Se equivocan estos medios y sus seguidores porque no toman en cuenta que el contenido del mensaje es bastante más importante que el mensajero.  El abuso potencial que políticos gobernantes podrían tener sobre los datos de comunicaciones de los gobernados es absolutamente abrumador.  El manejo secreto de esta información no hace sino acrecentar el poder de los gobernantes sobre los gobernados y constituyen una tremenda oportunidad para extorsionar legalmente a cualquier ciudadano decente que de alguna forma u otra resulte inconveniente para sus objetivos políticos.  No es posible que el pueblo americano esté dispuesto a sacrificar sus libertades por la idea de seguridad que convenientemente le venden los políticos.  Ellos dicen que no es posible contar con toda la libertad y toda la seguridad a la vez pero la verdad de las cosas es que parte importante de la seguridad del pueblo es contar con garantías constitucionales que no permitan que otros abusen de su propiedad y para todo efecto práctico la propiedad incluye la información y comunicación entre individuos.

El gobierno ha logrado hasta ahora desviar el debate a temas menos importantes como por ejemplo determinar si la actuación de Snowden fue legal o no pero pocos se atreven a discutir el contenido de la información develada.

Me parece que el pueblo americano y británico tiene que agradecer las acciones de Snowden y exigirle a sus gobernantes que cambien la forma y el fondo de hacer inteligencia.