El fuerte sismo en el mar que sacudió hoy a Puerto Rico es uno de los de mayor fuerza que se han registrado en los últimos años en este territorio, sin que causara víctimas ni daños de consideración pero sí dejó grietas en pisos e interrupciones eléctricas en algunas partes, dijeron las autoridades.
El movimiento telúrico de magnitud 6,4 ocurrió en el primer minuto de hoy a 57 kilómetros (35 millas) al norte de Hatillo, a una profundidad de 28 kilómetros (17 millas), según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Desde entonces se han registrado 70 réplicas, tres de las cuales tuvieron una magnitud de al menos 3,5, dijo la geóloga Gisela Báez Sánchez, de la Red Sísmica de Puerto Rico.
«Todo Puerto Rico está en una zona sísmica peligrosa», afirmó Báez en entrevista telefónica. «Tenemos que estar preparados», agregó.
El temblor dejó ventanas rotas, una tubería de agua quebrada así como pisos y paredes agrietadas en algunas zonas en la costa norte, mientras las autoridades dijeron que hubo interrupciones del suministro eléctrico en la ciudad norteña de Bayamón, cercana a la capital de la isla, San Juan.
Decenas de personas dijeron que sintieron el bamboleo de los edificios en San Juan, a 98 kilómetros (61 millas) del epicentro del temblor.
Centenares de personas llamaron a la Agencia para el Manejo de Emergencias de Puerto Rico, sin que se informara de víctimas ni daños de consideración, dijo el portavoz Carlos Acevedo en entrevista telefónica.
La agencia no emitió alerta alguna de tsunami, afirmó. «Los daños fueron menores», dijo Acevedo. «Nadie necesitó nuestros servicios», agregó.