El presidente sirio, Bachar Al Asad, afirmó hoy en Moscú que su país está «abierto al diálogo» con Estados Unidos, pero matizó que no aceptará «instrucciones» de Washington.
«Es necesario que (los estadounidenses) diferencien entre dialogar y dar instrucciones», dijo Asad durante su encuentro con el presidente ruso, Vladimir Putin, quien mostró su voluntad de desempeñar un papel importante en Oriente Medio en un momento tenso en la región.
«Estamos abiertos al diálogo pero no recibiremos instrucciones. Cualquier diálogo es útil con la condición de que se hable de los intereses de los dos países implicados», añadió el líder sirio.
El informe de la comisión Baker sobre Irak, publicado a principios de diciembre, recomendaba al presidente estadounidense George W. Bush la apertura de un diálogo con Siria y Irán, lo que ha generado un vivo debate en Washington.
Desde 2003 Damasco está en el punto de mira de Estados Unidos, que le pide constantemente que modifique su política en la región. Putin, por el contrario, destacó al inicio de su reunión con Asad en el Kremlin el «importante papel» que desempeña Damasco en Medio Oriente.
«Siria ha desempeñado siempre, desempeña y desempeñará un papel importante en Oriente Medio», declaró Putin. Los países occidentales acusan a Damasco de apoyar el pulso de la oposición libanesa contra el gobierno de mayoría anti-siria, que mantiene paralizado el país desde principios de diciembre.
El presidente ruso aprovechó la ocasión para subrayar el papel de Rusia en Oriente Medio al recordar que en los últimos días ha recibido también a los primeros ministros de Israel, Ehud Olmert, y de Líbano, Fuad Siniora.
«Seguimos participando de la manera más activa posible en el proceso de paz de Oriente Medio», dijo Putin antes de lamentar el «dramático desarrollo de la situación en los territorios palestinos».
«Mantenemos contactos con todas las fuerzas políticas palestinas», añadió. A diferencia de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), Moscú ha mantenido su diálogo con el gobierno del movimiento islamista Hamas tras su llegada al poder en marzo e incluso recibió a sus líderes en la capital rusa ese mismo mes.
Rusia, que conserva los lazos con Siria y los movimientos palestinos de la época de la extinta Unión Soviética, pretende recuperar una cierta influencia en la región.
De hecho, según el diario ruso Kommersant de hoy, Putin busca el apoyo de Damasco a un proyecto de conferencia internacional sobre Oriente Medio en Moscú que reuniría a Líbano, Siria e incluso Irán, la Autoridad Palestina e Israel.
Este rotativo señala asimismo que Siria, que necesita modernizar su ejército, repleto de obsoleto material soviético, estudia comprar cazas rusos MIG-29 SMT, submarinos Amur-1650, aviones de entrenamiento Yak-130 y sistemas de defensa antiaéreos Pantsir-S1.