«Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario».
Ernesto «Che» Guevara
El lastre de la pobreza mantiene anclado el barco de las ilusiones de los pueblos que buscan una ruta diferente, un nuevo rumbo. Y es que a partir del estudio de las diversas realidades mundiales topamos con un triste escenario, en muchas naciones el desarrollo no llega, en otras no se avanza y en el peor de los casos se está retrocediendo.
Inevitablemente nos acercamos a un proceso de recesión económica mundial empujados por los sobresaltos de la economía estadounidense, la ola del tsunami económico habrá de golpear algunas costas con mayor intensidad y a su paso habrá de dejar más de lo mismo, miseria.
El giro de timón en la normativa financiera americana anunciada que otorga mayor poder a la Reserva Federal, ha causado un impacto que busca presentar una señal de modernismo en la política económica de los Estados Unidos. Para sus detractores el aviso llega demasiado tarde, para sus defensores, ésta es una forma de demostrar que en los Estados Unidos todo es posible y un país que aboga por las libertades civiles y económicas se da el lujo ahora de generar «reguladores» para controlar la estabilidad de los mercados y de los riesgos de otras instituciones no bancarias como entidades de inversión, los fondos, o las compañías de seguros.
No es de extrañar que en algunos casos los mercados mundiales respondan con cierta cautela y que la expansión, el boom económico que hemos presenciado se desacelere en un proceso controlado para evitar daños a las inversiones públicas y privadas.
Tengamos presente otros elementos, la imparable escalada de los precios mundiales del petróleo y la devaluación del dólar frente a otras monedas que manifiestan mayor consistencia como el euro, habrá de perjudicar a la zona dólar y continuar generando graves pérdidas económicas a las economías dependientes del entorno estadounidense. Finalmente, por si esto fuera poco, los procesos de degradación ambiental que impactarán tarde o temprano en las economías de subsistencia no solamente por el deterioro de las propias fuentes, sino también por el encarecimiento de los suministros de los cuales dependen para generar su incipiente industria.
Ante la turbulencia de los mercados internacionales, resulta inevitable pensar que en cualquier momento la frágil estructura de algunas economías, primordialmente las catalogadas como tercer mundistas corren el riesgo inevitable de condenarse por otros años al atraso y la pobreza.
Precisamente en América Latina el proceso de reducción de la pobreza se encuentra prácticamente estancado en la región desde hace más de 10 años. Es decir un poco más de 225 millones de habitantes permanecen en el umbral de la pobreza con dos dólares para subsistir diariamente y 98 millones se encuentran en pobreza extrema.
Y es que la longevidad, los conocimientos, el nivel de vida decente y la participación ciudadana medida en términos de bienestar son importantes para el desarrollo de una nación, en términos simples esto significa, ¿a cuánto aspiro vivir en función de mi alimentación y condiciones de vida? ¿Qué tan apto y capacitado me encuentro para enfrentar al mundo y los constantes retos que me lanza? ¿Qué tanto satisfago mis necesidades básicas? ¿Qué tanto incido, cómo incido y cómo incide en mí el Estado que se abroga constitucionalmente el derecho por defender estos Derechos elementales? Si al responder esto encuentro que todavía hay mucho que hacer considérese, considéreme si desea un revolucionario.
Politólogo con orientación en Relaciones Internacionales y estudios de Post Grado en Política y Derecho Internacional.