El primer ministro libanés, Fouad Siniora, consideró, en una entrevista publicada hoy en el diario francés Le Monde, que las instituciones de su país están «bloqueadas» por la oposición, pero garantizó que «los libaneses no van a matarse de nuevo entre ellos».
«No hay una guerra, pero las instituciones están bloqueadas debido al comportamiento de la oposición», afirmó.
Respondiendo a una pregunta sobre el riesgo de una nueva guerra civil, como la que arrasó el país entre 1975 y 1990, Siniora respondió: «Pienso que los libaneses no van a matarse de nuevo entre ellos. Ninguna de las partes está dispuesta a ello».
El martes, la oposición libanesa convocó una huelga general para dar un nuevo impulso a su movimiento de protesta a tres días de la celebración en París de una reunión sobre la ayuda internacional a Líbano, en la que el primer ministro estará presente.
Esta huelga desea relanzar un movimiento lanzado el 1 de diciembre con el objetivo de derrocar al gobierno de Siniora, que goza del apoyo de los occidentales.
El primer ministro libanés garantizó en esta entrevista que las fuerzas de seguridad «harán todo lo posible para impedir la parálisis del país», ya que podrían producirse bloqueos de carreteras y aeropuertos.
Además, subrayó que Líbano necesita «ayuda externa para reducir la deuda pública y relanzar el crecimiento», aunque no dio ninguna cifra aproximada.
«La ayuda que será concedida a Líbano en la reunión de París estará destinada al país y no a mi gobierno», garantizó.
Líbano sufrió enormes destrozos en sus infraestructuras en el mes de guerra que estalló en julio de 2006 entre la milicia chiita del Hezbolá y el ejército israelí, tras la captura de los militares del Estado hebreo por parte de milicianos libaneses.