Marco Andretti sabe bien del dolor que su familia ha sufrido en el circuito de Indianápolis. Tampoco necesita que le recuerden que a la serie IndyCar le vendría de maravillas tener una estrella estadounidense, y sobre todo con su famoso apellido, para captar la atención del público.
Pero nada de eso le importa a Andretti de cara a las 500 millas de Indianápolis.
El piloto cree que puede ganar la carrera del domingo y tiene muchas ganas de hacerlo. Pero Andretti quiere ganarla para su propia satisfacción, para el beneficio de su carrera, y no por lo que significaría para su familia o IndyCar.
Mario Andretti la conquistó en 1969, pero ningún otro Andretti lo ha conseguido en 65 intentos desde entonces, en muchas ocasiones perdiendo por un pelo.
«Esa no es mi forma de encarar la carrera. Mi forma de verla es que quiero ganar nuestro Súper Bowl», dijo Andretti. «Me pongo esa presión yo mismo. No quiero hacerlo porque él lo hizo y mi padre no, todo eso es una bonificación. ¿Que si creo que podemos? Por supuesto».
Por primera vez en mucho tiempo, la 96ta edición de la carrera no tiene un claro favorito.
La posibilidad de utilizar distintos motores por primera vez en seis años y la implementación de un nuevo vehículo abrió la puerta a una serie de candidatos.
«Creo que veremos la mejor carrera que hayamos tenido al menos en la última década», comentó Roger Penske, ganador de 15 ediciones de las 500 millas y dueño del equipo en el que maneja el dueño de la pole, Ryan Briscoe.
Penske está invicto esta temporada, ya que sus otros pilotos Helio Castroneves y Will Power se han combinado para ganar las cuatro primeras carreras. Y con la potencia de Chevrolet, los pilotos de Penske han barrido con las cinco poles del año.
Así que no fue una sorpresa que los vehículos Chevrolet dominaran en la clasificación. El equipo de la firma automotriz estadounidense tiene nueve pilotos entres los 10 primeros de la parrilla.
Sin embargo, los vehículos Honda fueron los más veloces en el día de carburación, dominado por los compañeros de la escudería Chip Ganassi, Dario Franchitti y Scott Dixon.
«¿En realidad crees que vamos a mostrarles todo lo que podemos hacer?», comentó Franchitti.
El regreso de Chevrolet y la llegada de Lotus resucitó viejas rivalidades esta temporada en la IndyCar, y la lucha entre Chevy y Honda ha estado sobre la mesa desde que la pista abrió sus puertas el 9 de mayo. Chevy perdió dos apelaciones para tratar de evitar que Honda usara una nueva cubierta al compresor de su turbo, y la decisión final se produjo el día antes del comienzo de las prácticas.