Sin temor a cabinas de bronceado


La cabina de rayos UVA que son considerados cancerí­genos.

Los clientes de Estrasburgo (este de Francia) desafiaron la advertencia del Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CIRC) de que los rayos de las cabinas de UVA son «cancerí­genos», y opinaron que no son más dañinos que la reiterada exposición al sol.


Los clientes de Estrasburgo (este de Francia) desafiaron la advertencia del Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CIRC) de que los rayos de las cabinas de UVA son «cancerí­genos», y opinaron que no son más dañinos que la reiterada exposición al sol.

Los escasos clientes de esta gran empresa que fueron interrogados por la AFP el martes no parecí­an intimidados por las nuevas conclusiones del CIRC, una agencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«Si tuviéramos que tener cuidado con todo lo que es cancerí­geno, ya no harí­amos nada», protestó la recepcionista de un salón de bronceado del centro de Estrasburgo.

«Es una cuestión de exceso. Las repetidas exposiciones al sol tampoco son buenas para la piel», dijo Marie, al salir de una de las 12 cabinas del salón.

«Los UVA no son algo que se haga todo el año, eso es todo», agregó esta mujer de unos 40 años que trabaja mucho en el jardí­n de su casa, pero no quiere tener el bronceado de un camionero en la fiesta de matrimonio de su hija.

«El efecto pantalón corto sobre las rodillas no queda bonito», señaló.

Marie también intentó las duchas autobronceantes, pero hay que hacer demasiadas contorsiones para su gusto, «y eso sólo dura algunos dí­as, contrariamente a los UVA», insistió.

En estos dí­as de sol resplandeciente con temperaturas que se acercan a los 30º C no hay muchos clientes en los salones de bronceado de Estrasburgo.

Tanto en la capital alsaciana como en otras partes, la gran temporada de los UVA es de abril a junio, «para preparar la piel para las vacaciones y evitar una insolación». La frecuentación se reanuda en septiembre, cuando los clientes «tratan de prolongar su bronceado» estival, subrayó la recepcionista, que no quiso dar su nombre.

El impacto de la nueva clasificación de la OMS sobre la frecuentación no la preocupa.

«Hace mucho tiempo que lo dicen y la gente sigue viniendo», explicó.

En realidad, los rayos UVA de las cabinas de bronceado ya eran considerados «probablemente» cancerí­genos por la OMS. De acuerdo con los últimos estudios cientí­ficos y las conclusiones de un grupo de expertos internacionales reunidos por el CICR, ahora es una certeza.

Pero según los últimos estudios cientí­ficos, el CIRC elevó todos los rayos ultravioletas a su nivel de clasificación 1, es decir, cancerí­geno para el ser humano.

«Un análisis concluyó que cuando la exposición a los rayos UVA artificiales comienza antes de los 30 años de edad, el riesgo de melanoma (la forma más agresiva de cáncer de piel) aumenta en un 75%», indicó el CIRC.

«Yo escuché hablar de ese estudio hoy al mediodí­a, en el informativo de la televisión, y me reí­ porque justamente tení­a intenciones de hacer una pequeña sesion de UVA esta tarde», afirmó Anne-Cécile, una mujer morena y alta de unos 30 años con lentes de sol estilo Brigitte Bardot.

«Pero ya antes tení­a conciencia del peligro cada vez que iba, y eso no me impedí­a volver», confesó.