Diversas teorías se proponen para explicar la contaminación en el lago de Atitlán, pero hasta el momento ninguna ha podido dar una versión exacta. Lo que sí es seguro, es que, de no darle una pronta solución al problema, este lago dejará de ser el más bello del mundo, para convertirse en una peligrosa carga ecológica.
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El aparecimiento de cianobacterias en el agua del lago de Atitlán es considerado como un proceso cíclico debido a que está directamente relacionado con los cambios climáticos. Por ello, antes del nuevo florecimiento de esta bacteria, en octubre de 2009, se supo de casos similares en 1978, 1985, 1992 y 2003.
Sin embargo, es ahora cuando la preocupación por este tema se hace más que evidente, ya que se ven afectados pescadores, agricultores, guías de turismo, lancheros, e incluso empresarios.
Según un informe de la Asociación Todos por el lago, dirigida por Alberto Rivera Gutiérrez, esta contaminación tiene varios orígenes, dentro de los cuales se encuentra la acción acumulada de los huracanes Mitch y Stan, la creciente descarga de aguas servidas al lago, el movimiento de tierra a causa de la construcción de carreteras y urbanizaciones y el uso inadecuado de fertilizantes agroquímicos.
Otros factores como el crecimiento de las poblaciones alrededor del lago y la falta de plantas de tratamiento de agua y desechos sólidos en chalés, hoteles y comunidades, son considerados también como causantes del problema.
El viceministro de Ambiente, Luis Zurita, concuerda con esta versión y además agrega que la degradación de esta belleza natural dio inicio hace cincuenta años.
«La agricultura que tiene lugar en la cuenca utiliza agroquímicos cargados de nitrógeno, fósforo y potasio que son arrastrados por las lluvias hacia el cuerpo de agua… este último nutre a la cianobacteria por lo que esta se desarrolla», dice Zurita.
También, dice el viceministro, que en el año de 1968 se introdujo al lago la llamada «lobina negra», pez que come «cualquier cosa» y a causa del cual se rompió la cadena trófica del lago y se han alterado diversos ecosistemas.
Paralelamente, Juan Skinner, de la Asociación PRO LAGO, considera que este desastre ecológico fue causado, principalmente, por la aparición «inédita» en 1999 de una carpa de peces herbívoros cuya prohibición se había establecido desde 1905 por considerarse peligrosa para el lago.
Según Skinner, la sobrepoblación de esta carpa herbívora ha provocado el desequilibrio en el sistema ecológico del lago, lo que a su vez contribuye a la producción de cianobacteria.
PELIGROS ECOLí“GICOS, ECONí“MICOS Y POLíTICOS
Al ser consultado por este vespertino, Yuri Melini, del Centro de Acción Legal, Social y Ambiental, (CALAS), asegura que el mayor impacto se verá sobre el ambiente pero también en la salud de las personas que utilizan el agua del lago para beber, bañarse o regar sus siembras.
Por otro lado, hablando del factor económico, Melini define al lago de Atitlán como «la gallina de los huevos de oro», por lo que considera que debido a la baja en el turismo, se verán afectados también las empresas hoteleras, restaurantes y, otros negocios, además de poner en riesgo las fuentes de trabajo de muchas personas.
«En lo político, dice el entrevistado, hay impacto pues se busca al responsable? esto (la contaminación del lago), ocurrió porque de alguna manera hay negligencia de los funcionarios encargados de velar por el lago».
DE VIVA VOZ
El vespertino La Hora conversó con un residente del municipio de San Pedro la Laguna, quien no quiso ser identificado debido a posibles conflictos; esta persona aseguró que la situación que se vive en los alrededores del lago es incierta.
«Se siente un olor muy fuerte, el color del lago es, a veces verde, a veces café y a veces se pone de color cobre o rojizo», dice la fuente.
El entrevistado también reconoció que el principal problema radica en la falta de agua potable ya que la mayoría de poblaciones consume el vital líquido procedente del lago contaminado.
Además, el residente de San Pedro la Laguna confirmó que de parte del Gobierno no se ha emitido ninguna información oficial sobre la toxicidad de la cianobacteria, «mientras tanto seguimos tomando agua contaminada» se queja a este vespertino.
LOS RESPONSABLES
Si bien es cierto que la contaminación de uno de los 71 lagos de Guatemala es causada por fenómenos ambientales, la responsabilidad también recae en los seres humanos.
Por ello, el pasado 29 de octubre, CALAS presentó ante el Ministerio Público una denuncia penal por incumplimiento de deberes en contra del vicepresidente Rafael Espada, coordinador del Plan para el Manejo Sustentable del lago de Atitlán y su Entorno.
Además, en la denuncia también se incluían al ministro de Ambiente y Recursos Naturales, Luis Ferraté; a la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de íreas Protegidas, Claudia Santizo y a la gobernadora departamental de Sololá, Elena Ujpan Yojcón.
«Es fácil acusar a quienes contaminan el lago? pero la autoridad es la que tiene el mandato legal de obligar a que esas personas se sometan a la ley, pero no lo hicieron», asegura el representante de CALAS.
PRESENTAN PROPUESTAS
Un estudio sobre el proceso de degradación del lago que fue realizado por los biólogos Margaret Dix y Pablo Mayorga, dejó entrever que se había anunciado con anterioridad un posible fin como este.
Pero, para evitar en la medida de lo posible que este problema siga en aumento, o la recuperación de este lago, el 25 de octubre pasado la asociación Todos por el Lago, presentó a las autoridades de Gobierno un plan estratégico y programa de acciones para la recuperación de la cuenca del lago Atitlán.
Entre los puntos más urgentes esta propuesta planteaba darle prioridad y actuar, con carácter de emergencia nacional, para contar con sistemas de tratamiento de aguas residuales que funcionen efectivamente en todos los asentamientos humanos de la cuenca del lago.
Además, darle prioridad al control de la erosión generada por obras civiles, que el MAGA y otras instituciones de Gobierno definan los parámetros para el uso adecuado de agroquímicos e involucrar al Mineduc para que maestros y estudiantes investiguen, conozcan y discutan las condiciones y características del lago.
LA VERSIí“N OFICIAL
Para iniciar con las acciones, el Gobierno de la República acordó reactivar un fideicomiso de $10 millones, inactivo desde hace 10 años y que estaba destinado para la instalación de plantas de tratamiento para contrarrestar la contaminación de este lago.
El Estado también emitirá la prohibición del uso de fertilizantes y jabones no orgánicos y facilitará el cambio de hábitos, con respecto al agua, en los municipios aledaños.
Luis Zurita además agregó que se debe realizar una gran inversión para procurar el rescate del lago, ya que «a menos que se construyan 15 plantas de tratamiento, que es lo urgente, el problema no se va a solucionar debido a los desechos de la actividad humana».
Además, el viceministro comentó que, debido a que cuatro poblaciones consumen agua directamente del lago, se les debe proporcionar de otra fuente donde puedan sustraer el vital líquido.
Según el jefe de la cartera de ambiente, Luis Ferraté, la recuperación del lago de Atitlán dará inicio formalmente dentro de dos años. Sin embargo, el ambientalista Yuri Melini opina que el daño que se le ha hecho a este lago es irreversible.
El lago de Atitlán, se encuentra localizado en el Departamento de Sololá, posee un espejo de agua de 125.70 kilómetros cuadrados a una elevación de 1,562 m.s.n.m, con una profundidad máxima de 318 m.
Está ubicado dentro de la cuenca del lago de Atitlán que tiene una extensión de 542.10 kilómetros cuadrados; la mayor actividad dentro de la cuenca es la agricultura, seguida del comercio y por último la actividad industrial. La pesca y el turismo son importantes en relación al cuerpo de agua.
En las riberas de este se encuentran los municipios de Panajachel, Santa Catarina Palopó, San Antonio Palopó, San Lucas Tolimán, Santiago Atitlán, San Pedro La Laguna, San Juan La Laguna, San Pablo La Laguna, San Marcos La Laguna, Santa Cruz La Laguna y Sololá.
Según el geólogo Howel Williams (1947), la cuenca del lago de Atitlán se formó debido al hundimiento de bloques en una cubeta estructural, provocados por la migración de magma en la profundidad. Bajo la cuenca se extiende una depresión estructural limitada por fallas curvas, que incluye no solamente la superficie sino que también la región alrededor del volcán San Pedro, así como la base del volcán Tolimán.
Fuente: Unipesca del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación.
CALAS presentó una denuncia pública el pasado 29 de octubre en contra del vicepresidente de Guatemala, Rafael Espada; el ministro de Ambiente y Recursos Naturales, Luis Ferraté; la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de íreas Protegidas, Claudia Santizo; la gobernadora departamental de Sololá, Elena Ujpan Yojcón; el presidente del Consejo Departamental de Desarrollo del departamento de Sololá, Nery Paz; los alcaldes de los municipios ubicados en la cuenca del lago y cualquier otro funcionario público que resulte responsable de la catástrofe ecológica.
Se denunció a estas personas por el delito de «Incumplimiento de Deberes».
Según el artículo 419 del Código Penal, «El funcionario o empleado público que omitiere, rehusare hacer o retardare algún acto propio de su función o cargo, será sancionado con prisión de uno a tres años».
Un monto de $10 millones fue destinado hace 10 años para la instalación de plantas de tratamiento en el Lago de Atitlán.
El lago recibe diariamente 33 mil 717.35 metros cúbicos de agua residual.
Los desechos sólidos que contaminan el lago suman 179 toneladas métricas.
Un total de 476 pescadores están siendo afectados por la contaminación de este cuerpo de agua.
Son 4 los municipios que consumen agua directamente del lago de Atitlán.