«Sin nombre»


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La frontera entre México y Estado Unidos ha sido parte de «Sin nombre», una historia que mezcla inmigración clandestina y pandillas en una cinta con clara conciencia social.» title=»FOTO LA HORA:  ARCHIVO

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<p>Acostumbrado a pensar sólo en la inmigración como el viaje de los mexicanos a Estados Unidos, descubrir el peligroso viaje que hacen los migrantes clandestinos centroamericanos a través de México llevó al director Cary Joji Fukunaga a rodar «Sin nombre».</p>
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«Haciendo la investigación para un corto (sobre inmigración en Estados Unidos) aprendí­ que migrantes de Centroamérica estaban obligados a cruzar México también ilegalmente, enfrentando muchos peligros y era una imagen en mi mente bastante fuerte», dijo Fukunaga a un grupo de medios, entre ellos la AFP.

«Sin nombre», una historia que mezcla inmigración clandestina y pandillas en una cinta con clara conciencia social con la que el californiano Fukunaga ganó el premio al mejor director en el festival de Sundance.

Además, «aprendí­ en mis investigaciones que existen pandillas que forman parte de este mundo (de la inmigración clandestina, ndlr) porque controlan el territorio por donde pasan los migrantes al sur de México», añadió el joven cineasta, cuya opera prima es candidata al premio Horizontes, dentro de la sección Horizontes Latinos del Festival de Cine de San Sebastián.

«Sin nombre», rodada en México y en español, es la historia de Sayra, interpretada por la joven Paulina Gaitán, una hondureña que junto a su padre intenta llegar ilegalmente hasta Estados Unidos.

Su camino se cruzará con Casper (Edgar Flores), un pandillero de la mara Salvatrucha que tomará una decisión que cambiará su vida cuando vaya, por orden de su jefe, a intentar atracar a los migrantes centroamericanos que viajan clandestinamente en un tren.

«Todo el mundo está al tanto (de estos viajes, ndlr), pero a la vez todos dicen que no hay recursos para resolver el tema de la emigración», dijo Fukunaga, quien aseguró que los emigrantes cruzan paí­ses «sin mapas, sin información. Tienen números memorizados y van preguntando. La gente corre la voz» de donde hay un paso o un sitio donde quedarse.

«Para mí­, la inmigración era siempre una imagen del oeste, mexicanos intentando pasar al norte, no me imaginaba que habí­a mucho más drama al sur», dijo Fukunaga, de 32 años.

«Soy estadounidense, así­ que mi perspectiva y mi intención al escribir el guión era dar conciencia de esto a un público norteamericano y creo que, inconscientemente, la historia se estructura de forma parecida a un western», añadió.

«Hay varios elementos similares. Los migrantes, como los peregrinos del siglo XIX, cruzando un terreno peligroso para llegar a la tierra prometida. Esas cosas son fascinantes para mí­, con mi herencia norteamericana donde la idea de frontera es parte importante de nuestra definición», afirmó.

Fukunaga, hijo de padre japonés y madre sueca, recuerda además que «Estados Unidos es un paí­s de inmigración. No es un tema nuevo, forma parte de nuestra realidad».

Para llevar a cabo la pelí­cula, este joven director realizó entrevistas con emigrantes, pandilleros, policí­as, académicos y personas que pudieran ayudarle a entender un mundo al que era ajeno.

Como consecuencia de estas entrevistas fueron surgiendo los caracteres: «cada personaje no es alguien de verdad sino basado en una mezcla de mucha gente», dijo Fukunaga, que para su pelí­cula contó con la producción de dos de los más famosos actores mexicanos: Gael Garcí­a Bernal y Diego Luna.

«Gael y Diego funcionaban como padrinos. No estaban en el set. si los hubiera necesitado hubiera podido llamarlos, pero afortunadamente no tuve que hacerlo», relata, antes de asegurar que ya está trabajando en su segundo proyecto, aunque esta vez alejado de la inmigración.

«Estoy escribiendo una ficción original, que es una especie de cuento de hadas contemporáneo y que serí­a un musical», concluyó.

SAN SEBASTIíN Año de crisis


El Festival de Cine de San Sebastián retoca los últimos detalles antes de abrir sus puertas el viernes, en un año en que la crisis le ha obligado a reducir en un dí­a su duración, aunque sigue manteniendo su apuesta por el buen cine de todo el mundo y las estrellas.

«La prioridad era mantener la calidad del cine», afirmó a la AFP el director del certamen donostiarra, Mikel Olaciregui, que abrirá el viernes nueve intensos dí­as de cine centrados en la sección oficial a concurso en la que 15 pelí­culas, con la argentina «El secreto de sus ojos» como única representante latinoamericana, pugnarán por la Concha de Oro al mejor filme.

En un año en que la crisis financiera ha tocado todos los sectores, el Festival, con su presupuesto recortado, ha optado por «menos cócteles», según Olaciregui, y «mantener la intensidad en nueve dí­as», hasta el próximo dí­a 26, en lugar de los 10 habituales hasta ahora.

«La prioridad era mantener la calidad del cine», añadió el director del certamen, que tampoco renuncia al «glamour», con la presencia de estrellas como el actor estadounidense Brad Pitt y el director Quentin Tarantino, que presentan la pelí­cula «Inglorious Bastards» y serán el centro de atención el viernes, pese a que la cinta se proyecta en una sesión paralela.

La sección oficial a concurso tendrá un jurado presidido por el director francés Laurent Cantet y se abrirá con la producción norteamericana «Chloe», del canadiense Atom Egoyan, un triángulo amoroso protagonizado por Liam Neeson y Julianne Moore.

El cineasta argentino Juan José Campanella, con «El secreto de sus ojos», que protagoniza su compatriota Ricardo Darí­n, será el único representante latinoamericano que luchará por la Concha de Oro.

«Hay una única pelí­cula latinoamericana, pero no es por decisión. No funcionamos con cuotas por paí­ses», explica Olaciregui.

Campanella acude a San Sebastián con la historia de Benjamí­n, encarnado por Ricardo Darí­n, quien busca escribir la historia de un crimen que vivió hace años.

Darí­n es también el protagonista de «El baile de la victoria», una pelí­cula dirigida por el español Fernando Trueba, que lleva a la gran pantalla la obra homónima del escritor Antonio Skármeta sobre dos ladrones que intentan dar su gran golpe en el Chile que acaba de volver a la democracia.

También se proyectará fuera de concurso la cinta «Mother and child», pelí­cula estadounidense dirigida por el colombiano Rodrigo Garcí­a, que servirá para clausurar el certamen.

Garcí­a, autor de «Cosas que dirí­a con sólo mirarla», ha contado en esta ocasión con actores de la talla de Naomi Watts, Annette Bening y Samuel L. Jackson para relatar la historia de tres mujeres y las relaciones que se entretejen entre madre e hijo.

Representantes de los cines asiático, estadounidense y español, entre otros, también competirán en la sección oficial, mientras que el cine latinoamericano se concentrará en la tradicional sección Horizontes Latinos, en la que 13 pelí­culas de seis paí­ses iberoamericanos aspiran al premio Horizontes.

México y Argentina son los principales candidatos al premio, dotado con 35.000 euros, al que también optan producciones y coproducciones de Chile, Colombia, Perú y Uruguay.

El Festival de San Sebastián, cuyos carteles de cine ya invaden esta ciudad vasca, homenajeará asimismo con un premio honorí­fico a toda su carrera al veterano actor británico Sir Ian Mckellen, el famoso «Gandalf» de la saga de «El señor de los anillos».

McKellen recorrerá el próximo dí­a 23 la alfombra roja que los operarios terminaban de colocar este jueves en el centro Kursaal, epicentro del festival.