Ponche, tamales, cohetillos y música, algunos cientos de guatemaltecos no podrán disfrutar de esta diversión mientras no tengan certeza de que contarán con los servicios básicos durante las fiestas de fin de año o si al menos tendrán un lugar donde vivir.
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La Navidad y el Año Nuevo no serán recibidos con la misma alegría por los desalojados de la Finca Nueva Linda, en Champerico, Retalhuleu, ni por los residentes de dos proyectos habitacionales en El Carmen, Coatepeque.
El lunes pasado, un grupo significativo de personas amenazaba con instalarse frente al Palacio Nacional de la Cultura, se trataba de familias que fueron desalojadas en 2004 de la Finca Nueva Linda y que hasta hoy no cuentan con un techo fijo y propio en donde vivir.
Abelino Mejía, de la Asociación Maya campesina, Jun Akanil, refiere que son 472 familias las que fueron afectadas por el desalojo y por la «falta de compromiso del Gobierno», pues según indica se les prometió comprar la finca y, aunque el papeleo ya está listo, el pago no se ha realizado.
«Lamentablemente vemos que el Gobierno celebra convivios navideños mientras que el pueblo campesino se muere de hambre, en las comunidades marginadas de las que se ha olvidado el Presidente», indica Mejía.
SIN AGUA Y SIN LUZ
Por otro lado, 300 familias podrían recibir la Navidad sin agua y energía eléctrica, pues a pesar de que el presidente ílvaro Colom y la primera dama, Sandra Torres de Colom, entregaron dos proyectos habitacionales en Coatepeque en 2009, éstos no han sido pagados a los contratistas. Dos millones de quetzales suman la deuda del Fondo Social de Solidaridad, (FSS).
Líderes comunitarios se sumaron a la protesta realizada frente a las oficinas del FSS por los constructores, solicitando que el pago sea realizado, sin embargo, ni ellos, ni la prensa, recibieron atención de las autoridades.
Gerber Hui, uno de los contratistas, indica que ante la falta de atención, sigue en pie el corte de los servicios básicos, aunque considera que no es justo que los residentes de los proyectos se vean afectados por falta de cumplimiento del Gobierno.
Así, mientras la mayoría de guatemaltecos disfrutan de bailes y comidas diversas, otros se preocupan por no poder brindarles a sus hijos paz y tranquilidad durante la Nochebuena.