Sin inmunidad


Editorial_LH

La decisión que tomó por unanimidad la Corte Suprema de Justicia al retirar la inmunidad a la diputada Julia Maldonado sienta un sano precedente para impedir que el derecho de antejuicio se convierta en escudo para proteger la corrupción en este país. Se agotó el procedimiento porque un juez pesquisidor hizo las investigaciones pertinentes y recomendó a la Corte que diera lugar al proceso penal por la malversación de fondos que pudo haber ocurrido en el Consejo Nacional de la Juventud durante el gobierno anterior.


La diputada Maldonado pretende colocarse en el papel de víctima de una persecución política cuando en realidad tiene obligación de responder por los señalamientos que hay sobre peculado en el manejo de fondos públicos y el desvío de una muy fuerte cantidad de dinero proveniente de una donación de la Unión Europea. Esa cantaleta de reclamar compasión ciudadana diciendo que alguien es objeto de una persecución política no cabe luego de que los magistrados del máximo tribunal de justicia del país decidieron, en forma unánime, retirarle la inmunidad para que pueda ser objeto de un proceso.
 
 No significa, desde luego, que se le haya declarado culpable, porque lo único dispuesto es que sí hay lugar a formación de causa y que la inmunidad de los diputados no la puede proteger del proceso penal que debe seguirse. Ella tendrá derecho a los medios de defensa que considere pertinentes, pero lo inaceptable y lo que la pinta de cuerpo entero es ese prurito de hacerse víctima y de clamar que está siendo objeto de acciones por su militancia política.
 
 Ni que fuera realmente una figura destacada de la política nacional, pero hay que ver que su paso por Conjuve es memorable únicamente por los malos manejos, mientras que su carrera como diputada cobra relieve únicamente porque ha hecho hasta lo imposible por evitar que se le juzgue por la comisión de delitos de corrupción. No hay en su hoja de vida algo que la perfile como una figura política que alguien pueda tener en perseguir para molestar, puesto que en honor a la verdad ni huele ni hiede y por lo tanto lo que corresponde es que se diligencie el caso conforme a derecho.
 
 Falta ver si la Contraloría de Cuentas, en manos de una figura fiel a Colom y sus huestes, aporta algo en este proceso o, como ha sido notorio, en todo lo que tiene que ver con los funcionarios del gobierno anterior y del presente, sigue como un compendio de los tres monos sabios, sin ver, oír ni hablar cuando se trata de corrupción.

Minutero:
Al país le hace perjuicio 
el que gocen de antejuicio 
lo cual es un trago reamargo 
con tanto político largo