La huelga general convocada por el Movimiento por el Cambio Demócratico (MCD, oposición) en Zimbabue para exigir la publicación de los resultados de la elección presidencial comenzó el martes, aunque numerosos comercios y servicios funcionaban normalmente.
Las autoridades, que advirtieron que reprimirían cualquier disturbio, procedieron a un fuerte despliegue de la policía antimotines en el distrito comercial del centro de la capital y en algunos municipios, sin que señalaran hasta el mediodía actos de violencia.
Aunque algunos comerciantes demoraron la apertura de sus tiendas mientras estudiaban la situación, muchos abrieron sus puertas. Se observaban entre tanto largas filas en los bancos y los clientes de los supermercados hacían cola para comprar pan.
El MCD, cuyo líder Morgan Tsvangirai se proclamó victorioso frente al presidente saliente Robert Mugabe en los comicios del 29 de marzo, llamó a esta huelga al ver rechazado el lunes el recurso judicial que presentó para lograr que los resultados fuesen difundidos inmediatamente.
Hasta el momento, la Comisión Electoral no publicó ningún resultado de esa consulta, en la cual Mugabe, en el poder desde hace 28 años, espera obtener un nuevo mandato.
El número dos del MCD, Tendai Biti, aconsejó el martes a los partidarios de la oposición permanecer en sus hogares, para no correr el riesgo de enfrentarse a las fuerzas de seguridad.
La convocatoria de una huelga general «no está destinada a entablar una confrontación física con el dictador», afirmó Biti en declaraciones radiales. «Es un llamamiento a no ir a trabajar, lo que implica un mínimo de riesgos», añadió.
La policía anunció el lunes que tenía intenciones de tratar en forma «severa y enérgica» los disturbios, y que se habían desplegado no sólo efectivos policiales, sino también refuerzos militares.
Durante la noche del lunes se colocaron retenes a lo largo de las rutas que llevaban al centro de la ciudad. En un puesto de control en el populoso suburbio de Mbare la policía obligaba a los pasajeros a bajar de los autobuses para registrarlos.
No obstante, el primer día de la huelga general parecía un día normal, mientras apáticos trabajadores se dirigían a sus labores habituales.
La escasa respuesta a la huelga era previsible, dado que anteriores huelgas generales fueron poco seguidas.
Con una inflación superior al 100 mil % y una tasa de desempleo de más de 80%, pocos de los que tienen trabajo quieren perder el salario de una jornada.
La oposición temía llamar a sus partidarios a salir a la calle, después de que anteriores manifestaciones fueron brutalmente reprimidas.
Tsvangirai fue uno de los líderes opositores que fueron arrestados y golpeados por las fuerzas de seguridad cuando trataba de asistir a un mitin en Harare en marzo del año pasado.
La tensión ha aumentado considerablemente en este país de ífrica Austral debido a estos comicios, que Tsvangirai afirma haber ganado mientras que el partido de Mugabe, en el poder, prepara una segunda vuelta.