Tras una búsqueda de cuatro días en la casa del hombre que secuestró durante 18 años a una joven en su casa al norte de California (oeste), la policía no halló evidencias que vincularan a este sospechoso con una serie de asesinatos no resueltos en la región en los 90.
La policía confirmó el miércoles que no encontró elementos relacionados con el crimen de unas 10 prostitutas en la casa de Phillip Garrido, en Antioch, 70 km al este de San Francisco, donde la semana pasada se descubrió que mantuvo secuestrada en un patio escondido a Jaycee Dugard, una niña que raptó a los 11 años de edad en 1991 y a la que engendró dos hijas en su cautiverio de 18 años.
La Policía de la ciudad aledaña de Antioch, Pittsburg, allanó la semana pasada la casa de Garrido para investigar una potencial conexión entre el secuestrador y la serie de asesinatos de prostitutas en el área de la Bahía en los años 1990, según dijo el capitán Daniel Terry de la comisaría del condado de Contra Costa.
Varios cuerpos fueron encontrados en 1998 y 1999 en un área industrial cerca de donde Garrido trabajaba.
Hasta la semana pasada Jaycee Dugard, hoy de 29 años, fue mantenida como prisionera en un patio sucio, repleto de cosas viejas y donde dormía en carpas improvisadas o cobijas apiñadas bajo el dominio de Garrido, de 58 años, que le engendró su primera hija a los 14 años.
Según los primeros detalles de este secuestro, muchos revelados por su padrastro Carl Probyn, quien vio cuando fue raptada, es probable que Dugard desarrollara el Síndrome de Estocolmo, una respuesta psicológica donde la víctima de secuestro desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador, dijeron sicólogos esta semana.
También según Probyn, Dugard empezó a expresar sentimientos de culpa por haber tejido lazos afectivos con su secuestrador tan pronto se reunió con su madre, Terry Probyn, separada del padrastro de la víctima por el estrés del secuestro, por el que fue durante los primeros años sospechoso.
Las dos niñas nacidas durante el secuestro, hoy de 15 y 11 años, creyeron hasta esta semana que Dugard era su hermana mayor, según reveló el padrastro, que ha estado en contacto con la madre y medio hermana de la víctima.
Las menores recién se están enterando de quién era su madre, de que eran víctimas de un secuestro, de que su padre era el verdugo y que existe un sistema de vida con escuelas y médicos que les fue negado hasta ahora.
«La gente tiene que darse cuenta que esto tomará años de terapia», dijo Probyn el martes en una entrevista a una televisora local.
Dugard, sus hijas, la madre de la víctima Terry Probyn y una media hermana se encuentran en un lugar secreto para el público resguardadas por agentes del FBI para poder iniciar su proceso de readaptación en privado. De hecho, la madre de Jaycee Dugard decidió no regresar a su casa de Riverside, al este de California, para evitar los fotógrafos y periodistas.
Phillip Garrido, de 58 años, y su esposa Nancy, de 54, se declararon «no culpables» de 29 cargos en su contra por haber secuestrado desde 1991 a la entonces niña Jaycee Lee Dugard de la casa de sus padres, a poco más de 200 km de donde apareció el miércoles.
El domingo la policía, asistida por perros rastreadores, descubrió cadáveres caninos en el patio de Garrido y en el de un vecino.