Cada día más trabajadores se ven obligados a prescindir de los beneficios del seguro social, bonificaciones y prestaciones para competir por un puesto de trabajo en el «mercado laboral».
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La desesperación por la falta de recursos económicos hizo que Manuel, técnico en electrónica, aceptara el primer trabajo que le ofrecieron -de conserje- y accediera a ser contratado en condiciones limitadas de beneficios laborales.
La opción no podía ser otra, porque las plazas de trabajo están contadas y el mayor empleador de la actualidad es el sector informal.
Mientras quienes acceden a las plazas del sector privado deben aceptar las condiciones impuestas por los empleadores.
Manuel, asegura que para ser competitivo en el mercado laboral, además de tener conocimientos, también se debe estar dispuesto a sacrificar algunos beneficios.
«El que pide IGSS (Instituto Guatemalteco de Seguridad Social), vacaciones y bonos ya no es contratado en ninguna parte. Ahora, exigir eso a un patrono es imposible», sostiene Manuel.
REVISIí“N
Luis Lara, del Frente Nacional del Lucha, asegura que los derechos laborales se encuentran cada vez rezagados dentro de la competencia laboral.
«Es lamentable ver cómo los empleadores se aprovechan de las condiciones económicas, financieras, y laborales para imponer su propia ley.»; dice Lara.
Por su parte, el Ministerio de Trabajo y Previsión Social cuenta con un reducido grupo de supervisores que deben investigar las denuncias por incumplimiento de la legislación laboral.
Lara estima que cada vez es más difícil comprobar y obtener datos cuantificados sobre el atropello de los derechos laborales con la falta de supervisores y las estrategias de la iniciativa privada para evadir la ley.
«La falta de cobertura social, vacaciones y bonos es cada vez más negativa, no solo para la economía, sino para la situación de vida de los trabajadores y sus familias», señala el sindicalista.
«Los derechos laborales, son también humanos, y su irrespeto es negativo para el desarrollo», puntualiza.
La ratificación del Convenio 175 de la Organización Mundial, que avala el empleo parcial con todas sus prestaciones y pleno reconocimiento legal, se discute con mayor énfasis en medio de la crisis financiera y los futuros retos de la economía mundial
Empresarios e importantes sectores productivos del país urgen su ratificación, pero los sindicatos temen que se pierdan derechos adquiridos por los trabajadores y hasta señalan la propuesta de inconstitucional.
El Convenio 175 se encuentra ya en la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la República, y en julio próximo se reactivará su discusión.
La posibilidad de que una ama de casa trabaje algunas horas fuera de su hogar, que un estudiante opte por una jornada nocturna, que le permita pagar sus estudios, o que una empresa contrate sólo las horas de trabajo necesarias para obtener su producción
Luego de la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados, las condiciones laborales en Guatemala y el Istmo no han mejorado ni han disminuido las violaciones a trabajadores, según un estudio.
«Prevemos que con la crisis económica mundial la situación laboral en Centroamérica se deteriore aún más», explica el informe «Cafta-Rd y los derechos de los trabajadores: pasando del papel a la práctica».
La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, en inglés), que respaldó el documento analiza los casi tres años desde su firma, en el 2006 (el 1 de julio para Guatemala).
La Organización No Gubernamental concluye que los US$20 millones anuales invertidos por EE. UU., para mejorar las prácticas laborales, son insuficientes para resolver problemas históricos y la impunidad con que actúan «muchos empleadores».