Una fuerte presión internacional obligó hoy a que un barco con un cargamento de armas chinas que iban destinadas a Zimbabue, diera media vuelta, en momentos en que un emisario de Estados Unidos inicia una gira regional.
«Por lo que sé, la compañía china decidió traer de vuelta el barco», indicó la portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Jiang Yu. Pekín tomó la decisión después de que Estados Unidos pidió el martes a Pekín que ordenase la vuelta del buque y renunciase a futuras ventas de armas a Zimbabue.
«No creemos que (…) dada la presente crisis política en Zimbabue sea el momento de aumentar el número de armas que se entregan a ese país», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Tom Casey.
El gobierno zimbabuense se enfrenta a fuertes presiones internacionales por no haber publicado aún los resultados de los comicios presidenciales del 29 de marzo, a los que volvió a presentarse el presidente Robert Mugabe, en el poder desde 1980, y cuya victoria reclama el líder de la oposición, Morgan Tsvangirai.
Las elecciones legislativas de ese mismo día dieron también la mayoría en el parlamento al partido opositor de Tsvangirai, el Movimiento por un Cambio Democrático (MDC).
Actualmente se realiza un nuevo recuento en 23 de las circunscripciones electorales, que podría servir al partido de Mugabe, el ZANU-PF, para retomar el control del Parlamento.
Responsables de la Comisión Electoral anunciaron hoy que el MDC confirmó su victoria en uno de los escaños en liza, si bien aún no terminó el recuento en 21 circunscripciones.
El partido de Tsvangirai considera el recuento como un intento de Mugabe, de 84 años, de «robar» su victoria. Asimismo, también denunció el creciente número de ataques a sus seguidores por parte de los partidarios de ZANU-PF.
Una organización médica zimbabuesa afirmó haber tratado a al menos 323 personas por golpes y heridas de tortura desde las elecciones.
Respecto a la vuelta del barco chino, por el momento no hubo reacción del gobierno de Zimbabue, si bien representa un golpe bajo después de que a principios de semana el régimen de Harare subrayase su «derecho soberano a comprar armas de cualquier fuente legítima de procedencia a nivel mundial».
El anunció chino se produjo mientras la vicesecretaria estadounidense de Estado para Asuntos Africanos, Jendayi Frazer, tiene previsto reunirse hoy con responsables del gobierno sudafricano para tratar, especialmente, la crisis en Zimbabue, según la embajada de Estados Unidos en Pretoria.
Frazer viajará luego a Angola, un aliado tradicional de Zimbabue, y a Zambia, cuyo jefe del Estado, Levy Mwanawasa, preside actualmente la Comunidad de Desarrollo del Africa Austral (SADC).
Si el presidente sudafricano Thabo Mbeki se atrajo las críticas occidentales por su «diplomacia discreta» con respecto a Mugabe, su potencial sucesor, Jacob Zuma, ha adoptado una línea más dura.
A la salida de una entrevista con el primer ministro británico, Gordon Brown, en Londres, consideró que la situación en Zimbabue «no es aceptable».
Zuma -a quien se da como favorito en las elecciones de 2009 en Sudáfrica- juzgó prematuro, sin embargo, la idea de una ampliación del embargo de armas adoptado hacia el régimen de Mugabe por la Unión Europea y Estados Unidos en 2002.