Sin billetes


Se armó la de San Quintí­n en la capital guatemalense, antes de Navidad. Pero ya nada extraña que suceda en nuestra metrópoli, en ví­as de expansión y con carencias a la vez. Ocurre el contrasentido cuando vemos señales fí­sicas de desarrollo, acompañado eso sí­, de dificultades.

Juan de Dios Rojas
jddrojas@yahoo.com

Como quien no dice nada, de repente los billetes de cien desaparecieron como por arte de magia, pese a que el circulante tuvo sus saldos en algunas manos previsoras. Ello brilló por su ausencia de parte principalmente del Banco de Guatemala, BANGUAT, de igual manera en cajeros automáticos y una mayorí­a de bancos del sistema.

De consiguiente, el público pasó las de Caí­n, a tiempo de acudir a uno y otro sitio donde se llevan a cabo operaciones del caso, mencionados en el párrafo anterior. Toda la gente urgida de cambiar sus aguinaldos, o bien retirar dinero cortante y sonante se topó con el caso inaudito.

La avalancha humana en kilométricas filas desesperada salí­a con las manos vací­as y reacciones hepáticas, después de perder su tiempo inútilmente. Sobrada razón tuvieron, siempre el otro yo se arma de coraje ante circunstancias de tal í­ndole que generan más desconfianza.

El trillado argumento del BANGUAT, que nadie dio crédito, vino a ser así­ de sencillo que reconocen su imprevisión al dejar para última hora contar con billetes de aquella denominación. Misma problemática que repercutió en los cajeros automáticos, vací­os, sólo figura decorativa.

Sin embargo, pese a tamaña situación fuera de lo común, el movimiento quedó demostrado al percibirse la fiebre de compras dondequiera, vale decir que los billetes de cien salieron de los bolsillos, alcancí­as y reservas de la población, que carecen de cajas fuertes.

Cada año en ocasión de las festividades de fin de año, relacionadas con Navidad y Año Nuevo suceden casos y cosas increí­bles, pero ciertas; pareciera ya una tradición esos matices que sacan a todos de sus casillas. Empero, persiste el ánimo festivo en el alma de los chapines.