Las negociaciones multilaterales que buscan convencer a Corea del Norte de que abandone su arsenal nuclear terminaron hoy en Pekín sin registrar progresos y sin fecha para una nueva reunión.
Las discusiones, que se habían iniciado el lunes, fueron suspendidas tras la lectura de una declaración por parte del negociador chino Wu Dawei, en presencia de sus homólogos reunidos en la capital china.
Los seis países participantes (Corea del Norte, Corea del Sur, China, Estados Unidos, Japón y Rusia) se comprometieron nuevamente a implementar la declaración común de setiembre de 2005, una prueba de que los cinco días de reuniones no permitieron obtener resultados concretos.
«Las partes afirmaron su objetivo y su voluntad comunes de intentar alcanzar de manera pacífica la desnuclearización de la península coreana», dijo Wu.
«Aplicaremos los compromisos inscritos en la declaración de setiembre de 2005 y adoptaremos medidas coordinadas para alcanzar estos objetivos», agregó.
Los participantes acordaron «reunirse nuevamente lo más pronto posible», acotó.
En la declaración de septiembre de 2005, firmada por los seis países, Washington reconocía a Corea del Norte el derecho de dotarse de una industria nuclear civil. En contrapartida, el régimen de Kim Jong-Il se comprometía a renunciar a su programa nuclear militar y a sumarse al Tratado de No Proliferación Nuclear, que había abandonado en enero de 2003.
No obstante, el lunes, primer día de estas nuevas discusiones que habían sido interrumpidas durante 13 meses, Corea del Norte hizo subir las apuestas al pedir el levantamiento de todas las sanciones, las decretadas por Estados Unidos pero también las impuestas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tras su primer ensayo nuclear del 9 de octubre pasado.
Durante toda la semana, los otros participantes intentaron convencer a Pyongyang de comprometerse a adoptar medidas concretas para aplicar la declaración común.
El viernes de mañana, el representante estadounidense en las conversaciones criticó nuevamente la actitud norcoreana.
«Necesitan demostrar su seriedad sobre las cuestiones que les plantearon estos problemas», estimó el secretario de Estado adjunto Christopher Hill.
El negociador estadounidense no ocultó su frustración.
«Cuando la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial de Corea del Norte) plantea problemas, un día se trata de cuestiones financieras, otro día es otra cosa que saben que no pueden tener, y otro es una cosa que se dijo de ellos y que les molestó», explicó Hill.
«Es una cosa tras otra», se quejó.
Japón también acusó a Corea del Norte de este fracaso de la diplomacia.
«Es lamentable que no hayamos visto ningún progreso obvio, aunque todas las partes a excepción de Corea del Norte estén buscando dar un paso concreto», dijo el secretario jefe del gabinete japonés, Yasuhisa Shiozaki, a periodistas en Tokio.
En Pekín , el enviado del gobierno nipón, Kenichiro Sasae, advirtió a Pyongyang de las consecuencias de sus actos.
«Si Corea del Norte mantiene su posición, la situación sólo se tornará más seria (…) Si pierden esta oportunidad, enfrentarán situaciones muy severas», afirmó.
En 2002, Corea del Norte desencandenó una crisis al anunciar la reanudación de su programa nuclear y la ruptura de un acuerdo concluido con Estados Unidos en 1994. Las negociaciones de a seis fueron lanzadas un año después.