Durante un mes, el mundo entero disfrutó de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014 y, en lo particular, la mayoría de guatemaltecos tuvo la oportunidad de alejarse mentalmente de algunos de los episodios que de manera cotidiana nos ocurren y que fueron obviados por encontrar el refugio en las actividades relacionadas con el evento deportivo.
Por supuesto que nos importa poco que sea un circo montado por, posiblemente, la organización más corrupta a nivel mundial. Lo que nos interesa es algo en lo que aún y cuando no participamos como país, nos deje ser los fanáticos más apasionados y los expertos en el deporte que queremos ser, porque no hay en el país razones de mayor júbilo y, menos, otras formas de lograr entretenciones.
Pero ya se ha terminado y ahora no nos queda más que enfrentar, sin la anestesia que fue el futbol, la segunda mitad del año en el que el gobierno se está quedando sin plata en medio de emergencias como el terremoto que afectó principalmente el occidente del país y la crisis de los niños migrantes que se encuentran detenidos en Estados Unidos tras la eficiente campaña de los coyotes que se hartan de pisto a costillas del pueblo.
También tenemos que regresar sin anestesia a la lucha entre percepción y realidad en el tema de la seguridad que, siendo cual fuera el resultado, es demasiado costoso para la población porque seguimos en esa pérdida permanente de vidas humanas y ante los hechos de terror que grupos criminales están ejecutando para intentar intimidar a sus víctimas.
Pero lo que habrá qué ver cómo se viene, es el inicio de una campaña electoral que el nuevo Tribunal Supremo Electoral está intentando detener en un extraño aire con remolino, aún con la renuencia de los partidos y precandidatos a la Presidencia que haciendo uso de cualquier artimaña posible, quieren mantenernos en ese largo y tedioso proceso de permanente campaña electoral.
Para el gobierno será fundamental entender que les queda un año y medio de ejercicio y, aun cuando con el tiempo parezca que no cuentan ya con el poder necesario, tendrán que hacer un esfuerzo extraordinario para lograr los acuerdos políticos que permitan tomar decisiones de interés nacional, así cómo ir preparándose para lo que se venga internamente con el proceso electoral.
Nos quitan la anestesia que mantuvo a los guatemaltecos sin dolor y que nos dio un poco de energía para enfrentar lo que, generalmente, son los peores meses en los cuatro años de la permanente carrera proselitista en que nos hacen vivir nuestros partidos.
Minutero:
De vuelta a la realidad
y al mundo de verdad;
entre patadas y mordidas
continúan nuestras vidas.