Sin aceptar resultados


La vencedora de elecciones en Bangladesh pide a rival que acepte su derrota.


El fantasma de una nueva crisis polí­tica se cerní­a sobre Bangladesh hoy después de que la vencedora de las legislativas del lunes, la ex primera ministra Hasina Wajed, pidiera a su gran rival y también ex primera ministra, Jaleda Zia, aceptar su derrota.

«Creo que deberí­a aceptar el veredicto del pueblo, porque estas elecciones fueron libres, justas y transparentes», declaró Hasina durante su primer discurso tras los comicios del lunes, cuyos resultados calificó Jaleda de «inaceptables» por supuesto fraude.

La Liga Awami de Hasina -que fue primera ministra de 1996 a 2001- obtuvo una aplastante victoria en las legislativas, con lo que volverá al poder tras siete años en la oposición, dos de ellos bajo un estado de excepción auspiciado por el ejército.

De los 299 escaños de la Asamblea Nacional, La Liga Awami, un partido laico de centro-izquierda, logró 231, frente a los 27 del Partido Nacionalista de Bangladesh de Jaleda Zia, primera ministra de 1991 a 1996 y de 2001 a 2006.

«Es un victoria del buen gobierno sobre el malo. Una victoria de la paz sobre el terrorismo», añadió Hasina en su discurso, atacando implí­citamente a su gran rival Jaleda Zia.

Al igual que las legislativas anteriores, las del lunes se resumieron en un pulso entre Jaleda Zia y Hasina Wajed, dos sexagenarias que se odian y que monopolizan desde hace casi 20 años la vida polí­tica de este paí­s musulmán laico y pobre de 144 millones de habitantes.

Ambas son herederas de dinastí­as polí­ticas: Jaleda Zia es la viuda de un presidente asesinado en 1981 por los militares, Ziaur Rahman, y Hasina Wajed es la hija del jeque Mujibur Rahman, asesinado en 1975 también por el ejército, cuando era el primer presidente del recién creado Estado.

El Departamento de Estado norteamericano, los observadores de la Unión Europea, de la Commonwealth y de Asia validaron las elecciones al saludar el «éxito» de unos comicios «creí­bles», en los que la participación alcanzó el 85%. Igualmente llamaron al entendimiento a ambas partes, tras más de dos años de caos polí­tico.

En 2006, la Liga Awami de Hasina fue la punta de lanza de unas manifestaciones contra el régimen languideciente de Hasina Wajed que se saldaron con la muerte de 35 personas.

Las fuerzas armadas, acostumbradas a intervenir en polí­tica, entraron en escena y persuadieron al presidente de la República, Iajudin Ahmed, para que impusiera el estado de emergencia el 11 de enero de 2007 y anulara las elecciones legislativas previstas diez dí­as más tarde.

El gobierno interino de tecnócratas entonces designado efectuó durante los dos años que ha durado el estado de excepción una gran purga anticorrupción, interrogando a 10.000 personas y encarcelando a 150 ex ministros, empresarios y altos funcionarios.

Dicha administración encausó también en 2007 a Hasina y a Jaleda por corrupción y malversación de fondos. Ambas fueron encarceladas un año y luego liberadas bajo fianza en el verano (boreal) para poder participar en las legislativas.