Simón Bolí­var: Un ejemplo de lucha


Aquí­ estoy con la única manera que por el momento tengo para protestar en contra de las enormes injusticias que existen en mi paí­s. La forma de obtener ánimo para esta responsabilidad de escribir es consultando las biografí­as de los que han luchado por la libertad, así­ encuentro que Bolí­var entregó su fortuna a la causa emancipadora, quien como ya sabemos quedó huérfano a los nueve años, alumno de Andrés Bello y de Simón Carreño y Rodrí­guez. Conoció a Alejandro von Humboldt. Perteneció Bolí­var a la oligarquí­a mantuana formada por criollos en la cual algunos conspiraban abiertamente. Influyó en la declaratoria de independencia el 5 de julio de 1811. Le hizo frente a grandes adversidades, contando con personas que lo apoyaban y otras que combatí­an sus ideas. Recibió el apoyo de Camilo Torres presidente de Nueva Granada.

í“scar Enrique Alvarado S.

El 14 de octubre de 1813 el Cabildo de Caracas lo proclamó Libertador, simultáneamente la guerra adquirí­a un tinte racial llegándose al extremo de declarar la guerra a muerte, devastadora y cruel. En 1814 Bolí­var perdió Caracas produciéndose un enorme éxodo y la retirada del Libertador de Venezuela. En 1815 proclamó la Carta de Jamaica y dio a conocer el proyecto de la unión de Nueva Granada para formar la república de Colombia.

Hubo tres revoluciones en Venezuela, luego el Congreso de Angostura en 1819, algunos jefes militares le fueron fieles. Solamente la férrea voluntad de Bolí­var pudo superar tantos contratiempos. En el último año citado realizó la famosa campaña de los Llanos y de los Andes, consiguiendo el triunfo en Boyacá emancipando a Nueva Granada.

En la Batalla de Carabobo en 1821 derrotó a La Torre y le dio la independencia a Venezuela. En 1822 Bolí­var ordenó al general Antonio José de Sucre marchar hacia el Sur, y en la batalla de Pichincha, Sucre logró la libertad del Ecuador y su incorporación a la Gran Colombia.

En la histórica entrevista de Guayaquil, julio de 1822, los dos jefes militares de mayor lucha por la libertad, José de San Martí­n y Simón Bolí­var, al no ponerse de acuerdo sobre el futuro de la guerra, San Martí­n se retiró y Bolí­var continuó con la independencia del Perú.

Derrotó a José de Canterac en Juní­n en 1824 teniendo que reorganizar casi todo en el Perú. En el último año citado en la batalla de Ayacucho el mariscal Sucre derrotó al ejército del virrey La Serna.

Bolí­var no aceptó la intervención de la Santa Alianza en América. España perdió todas sus colonias en la América de Sur. Aún quedaba Bolivia llamada el Alto Perú o Charcas que se habí­a separado del Virreinato del Rí­o de La Plata, siendo proclamado Bolí­var como presidente en 1825.

El Congreso de Panamá convocado por Bolí­var en 1826 solamente contó con la participación de México, Centroamérica, Colombia y El Perú. Este fue el máximo ideal de Bolí­var el de la unión de las nuevas naciones y aún luchar por la libertad de Cuba y Puerto Rico. En la práctica casi nada se cumplió de dicho congreso, en teorí­a tuvo riqueza por la cantidad de temas tratados.

La Gran Colombia no se mantuvo, separándose Ecuador y Venezuela. Sucre fue asesinado en 1830. Bolí­var ya enfermo y con tantos problemas originados por la anarquí­a presentó su renuncia, falleciendo en Santa Marta, desilusionado al no ver alcanzado el ideal de la unión americana.

Con una voluntad indomable, en ocasiones demostró ser duro, pero consagró su vida y fortuna a la causa de la libertad. Escribió numerosas proclamas y cartas y aún su influencia en el presente significa ideales literarios.

Si Bolí­var realizó tan grandes proyectos, bien podrí­amos nosotros sus seguidores en toda la América denunciar los actos de corrupción de los funcionarios, por ejemplo los constantes viajes totalmente innecesarios de los diputados, con viáticos en dólares, con el dinero del pueblo y sin dejar absolutamente nada en lo cultural y cero beneficio al pueblo.