En la vida de Bolívar existen dos etapas básicas: la lucha por la independencia y la presidencia que ocupó, principalmente en Colombia. En esta etapa final de su vida causa asombro la manera en que dos de sus más cercanos colaboradores le hicieron enorme oposición. Páez por un lado llegando a la oposición armada en Venezuela en donde se le previno a Bolívar no entrar al territorio. Santander lo hizo aparecer como un tirano, teniendo que soportar Bolívar que en la prensa y en algunas calles lo representaran como una persona que solamente pensara en el poder.
El mismo héroe Sucre fue rechazado por un grupo al extremo de asesinarlo en 1830, cuando debió permanecer rodeado por el afecto y veneración de los ciudadanos.
Bolívar al renunciar a la presidencia de Colombia en 1830, hizo ver que tomaba esa decisión para conservar la unión entre los jefes y que Venezuela no se separara de la Gran Colombia. Pero ya todo era anarquía, inclusive una invasión armada por parte del Perú sobre regiones del sur de Colombia.
Bolívar no fue un emperador que sojuzgara pueblos como lo hiciera Napoleón o Alejandro el Grande, o el primer emperador de China, quienes disponían de numerosos ejércitos bien pertrechados. Bolívar fue un Libertador que en ocasiones se quedaba solo y sin soldados, y volvía a formar un ejército entrenando a campesinos que nada sabían de prácticas militares.
La guerra destruyó las misiones de los padres Capuchinos, una vez pasada la guerra Bolívar legisló para que dichas misiones fuesen restablecidas y que los indígenas regresaran a ellas.
En Venezuela existe una cordillera nevada, a 5 mil metros sobre el nivel del mar está el pico Bolívar, ahí permanece una estatua del Libertador que observa los Andes.
Las obras completas de Bolívar forman una enorme colección de cartas, proclamas y legislación.
Tanta energía desplegada en las marchas militares, los planes para conseguir soldados para las campañas, los atentados, desempeñar la presidencia en condiciones difíciles, todo ello debilitó su organismo, lo que provocó un prematuro agotamiento y fallecimiento.
Cometió errores como cualquier ser humano, pero por sobre todo entregó su fortuna a la causa de la libertad, ello queda demostrado en su testamento, en donde claramente se lee que únicamente conservaba unas minas con escaso rendimiento, las que además estaban en litigio, y una espada, testimonio de grandes glorias.
Ya próximo morir, en diciembre de 1830, todavía tuvo aliento para escribir una proclama a los ciudadanos de Colombia, implorando de ellos luchar por conservar la unión.
Murió el gran Libertador sin tener una camisa completa para vestirlo, era tal su pobreza que la única camisa que tenía estaba rota. Murió en casa de un español amigo. Un mes antes cuando había renunciado a la presidencia de Colombia viajó solo desde Bogotá hasta Cartagena casi sin recursos, en este último lugar le anunciaron el asesinato cometido en contra de Sucre quien había sido uno de sus más leales seguidores. Sintió que ya no valía la pena seguir luchando. Su organismo no resistió y se puso delgado.
En sus días de gloria guardaba en su memoria miles de datos militares. Marchas, batallas, poblados, generales. Todo lo dio por la libertad.