Similitud en diamantes


Unos empleados del Smithsonian muestran el diamante en cuestión (Paul J. Richards, AFP-La Hora).

Un descubrimiento revelarí­a el paradero de una joya desaparecida durante la Revolución Francesa.


El mí­tico «diamante azul» de la corona francesa, robado durante la Revolución, y el «diamante Hope» expuesto en la Smithsonian Institution de Washington, serí­an una sola y misma piedra, burdamente retallada, según cientí­ficos del Museo francés de Historia Natural, que dudan empero que Francia pueda recuperar la gema algún dí­a.

La historia novelesca del «diamante azul», traí­do de la India por un aventurero francés, vendido a Luis XIV y magní­ficamente tallado en forma de «rosa de Parí­s», vive hoy un nuevo episodio a raí­z del reciente descubrimiento de un modelo de plomo en el Museo francés de Historia Natural.

En la época, los joyeros tení­an la costumbre de fabricar réplicas de sus gemas en plomo, vidrio o cerámica, para guardar una muestra de su trabajo o a fines de enseñanza de los aprendices, explica Franí§ois Farges, que encontró el modelo en cuestión el 8 de diciembre de 2007 en el fondo de mineralogí­a del museo.

El plomo corresponde perfectamente al célebre diamante azul de 69 quilates, obra maestra de la joyerí­a barroca, de color azul oscuro excepcional, doble simetrí­a impar y talla que hace brillar incomparablemente una «rosa» central.

El diamante adornaba durante el reino de Luis XV la gran insignia de la orden del Vellocino de Oro, que fue lucida por última vez por Louis XVI en ocasión de los Estados Generales de 1789. En 1792, fue robado durante una exposición pública de objetos reales.

«Varias guillotinas, un emperador y 20 años después, un diamante azul 45,5 quilates apareció en Inglaterra», señalan los cientí­ficos.

Esa aparición se produjo exactamente 20 años y dos dí­as después del saqueo de los bienes reales, es decir exactamente «dos dí­as después de la prescripción legal del robo».

El primer propietario conocido de ese «nuevo» diamante azul fue el banquero londinense Henry Philip Hope. Para muchos historiadores, ese «diamante Hope», que pasó por varias manos antes de ser donado a la Smithsonian Institution de Washington, es el mismo diamante de Luis XIV retallado.

Pero eso habí­a que demostrarlo. Hoy, la comparación digital del diamante azul reconstituido y del diamante Hope permite comprobar que este último «entra perfectamente en el otro con precisión de un centésimo de milí­metro», explica Farges. El peso calculado con el modelo de plomo corresponde también al diamante azul.

Paralelamente al análisis digital, Franí§ois Farges y su equipo realizaron una verdadera «investigación policial» sobre el diamante azul. Descubrieron que el catálogo del Museo menciona el «modelo de un diamante notable por su limpidez, perteneciente al señor Hoppe de Londres».

Para los cientí­ficos franceses esta «red de convergencias» refuerza la tesis del robo y de la venta del diamante retallado al banquero inglés.

Pero Farges considera que Francia no podrá recuperar el diamante de la Smithsonian, ya que «la naturaleza y la composición quí­mica del diamante azul de la corona francesa nunca fueron documentadas».

Además, en opinión del cientí­fico, el modelo de plomo «tiene más valor cultural e histórico que el diamante Hope, tan mal tallado que se dirí­a una pieza de carbón».