La oposición de Zimbabue condenó el martes el «silencio ensordecedor» de los gobiernos africanos ante la crisis política que vive el país y advirtió de la posibilidad de un estallido de violencia cuando siguen sin difundirse los resultados de las presidenciales de hace 10 días.
Al tiempo que los granjeros blancos volvían a convertirse en el objetivo de los partidarios del presidente Robert Mugabe, un tribunal de Harare aplazó al miércoles el examen de un recurso de urgencia de la oposición exigiendo la difusión inmediata de los resultados de los comicios.
En ese contexto tenso, el secretario general del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC, oposición), Tendai Biti, denunció el «silencio ensordecedor de nuestros hermanos y hermanas de la región y la Unión Africana», a su juicio un nuevo ejemplo de la incapacidad de ífrica para reaccionar con rapidez, tal y como ocurrió con el genocidio en Ruanda en 1994.
«(ífrica) respondió cobardemente en Ruanda y un millón de personas fueron asesinadas. Les digo «no esperen que aparezcan cadáveres en las calles de Harare». Intervengan ahora. Hay una crisis constitucional y legal en Zimbabue», advirtió.
«Ahí donde existe ansiedad, existe la tentación de volverse hacia medios no constitucionales. Quieren empujarnos en esa dirección porque quieren declarar el estado de emergencia», sostuvo.
Biti confirmó que el líder del MDC, Morgan Tsvangirai, se reunió el lunes con un miembro del gobierno sudafricano, Sydney Mufamadi, integrante del equipo de mediación entre la oposición y el partido de Mugabe antes de las elecciones.
También se entrevistó con Jacob Zuma, líder del Congreso Nacional Africano (ANC, en el poder), favorito en las presidenciales sudafricanas de 2009.
Ante el temor de un estallido de violencia como el que se saldó recientemente con 1.500 muertos en Kenia, Washington, la Unión Europea (UE) y la ONU multiplicaron los llamamientos a la rápida difusión de los resultados de las presidenciales.
La oposición sostiene que su líder Tsvangirai se impuso a Mugabe, que ha gobernado el país con mano de hierro desde su independencia en 1980 y que a sus 84 años es el dirigente que más tiempo ha estado en el poder en ífrica.
A diferencia de Washington o Bruselas, los vecinos de Zimbabue y el resto de los países africanos permanecen discretos.
Pese a ello, el Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Javier Solana, dijo que la Unión Africana había hecho «todos los esfuerzos posibles» pero que sus representantes no lograron contactar con Mugabe.
Solana evocó la posibilidad de enviar una misión conjunta UE-UA a la segunda vuelta de las presidenciales si finalmente tienen lugar.
El mismo día en que se celebraron las presidenciales, el 29 de marzo, se dirimió la composición del parlamento y en ese caso si se publicaron unos resultados que confirmaron la primera derrota del partido de Mugabe, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF).
Para motivar a su electorado, Mugabe recuperó su habitual discurso sobre la recolonización del país por granjeros blancos en caso de victoria del MDC: «la tierra debe permanecer en nuestras manos. ¡Esta tierra es nuestra, no debe volver a manos de los blancos!».
Desde el fin de semana más de 60 granjeros blancos fueron expulsados de sus propiedades por los partidarios de Mugabe, según el Sindicato de Agricultores Comerciales, que representa a los últimos 400 propietarios agrícolas blancos.
La reforma agraria impuesta en el año 2000 se saldó con la expropiación de más de 4.000 propietarios blancos, a veces mediante la violencia. Sus tierras fueron entregadas a allegados al régimen y a veteranos de la guerra de independencia de esta ex colonia británica antes llamada Rodesia del Sur.