¡Dios mío, Tú eres mi Emperador! ¡Jesús mío, Tú eres mi Rey! Dios mío, permitidme cada día acercarme un poco a Ti.
Eduardo Alfonso Luna Estrada
Céd. A 1 309873
Que en medio de mis debilidades
humanas y espirituales renazca la fe,
al igual que el diario nacer del Sol
y su radiante ascender en los cielos.
Que los torbellinos demoníacos
no me arrastren a bajas pasiones,
ni el pecado se vanaglorie en mi mente,
ni empuje mi espíritu
a los abismos insondables del infierno.
Dios mío, tomad mi espíritu
y que se cumpla en él su destino.
Dios mío, no permitáis
que me hunda en situaciones desesperadas,
que con valor y nobleza
lleve la cruz que en esta vida me pusisteis
y que a veces sin quererlo
he lanzado al suelo.
Jesús mío, permitidme seguir tus pasos:
Si en silencio aguantasteis el suplicio
y un pesado madero sobre vuestros hombros
y si de cansancio y decepción caísteis…,
y si caído me encuentro
permitidme resignadamente
con mi cruz levantarme
y en brutal silencio
entregarte al final de mi vida
cuentas cabales.
Jesús mío, Tú siendo Rey,
vivisteis en este mundo tan simplemente,
concededme que mi vida no sea vanagloria:
Si Tú te dices Hijo del Hombre,
tan humildemente,
concededme a mi ser llamado sin título alguno
hijo de la tierra.