Siguen los combates en Irak


Un soldado iraquí­ revisa un automóvil en un puesto de control de Bagdad.

El general estadounidense David Petraeus recomendó hoy en Washington que se congele durante 45 dí­as, a partir de julio, una retirada de las tropas estadounidenses de Irak, mientras en Bagdad sus soldados libraban duros combates contra las milicias chií­tas.


«Recomiendo a mi cadena de mando que continuemos con el retiro de las brigadas de combate enviadas como refuerzos y que al término del retiro de la última de esas (cinco) brigadas en julio, iniciemos un perí­odo de 45 dí­as de evaluación y consolidación», dijo Petraeus en el Congreso estadounidense.

«Al final de ese perí­odo, comenzaremos un examen de las condiciones sobre el terreno, con el fin de determinar en qué momento podemos recomendar nuevas reducciones» del contingente estadounidense, agregó el militar norteamericano de más alto rango en Irak.

También estimó que Irán jugaba un papel «destructivo» en Irak, sobre todo al apoyar a las milicias chií­tas, según dijo ante una comisión del Senado norteamericano.

Los refuerzos militares estadounidenses permitieron avances «sustanciales» en la seguridad en Irak, pero la situación es «reversible», lo que exige la prolongación del involucramiento estadounidense, dijo por su lado en el Congreso el embajador de Estados Unidos en Bagdad, Ryan Crocker.

El contingente estadounidense en Irak se eleva actualmente a 158.000 hombres. Antes de julio ese número caerá a 140.000 soldados, es decir 10.000 más que antes del enví­o de los refuerzos a principios de 2007.

Al menos doce personas murieron en Irak en los combates que enfrentaron el martes a las tropas estadounidenses e iraquí­es con las milicias chií­tas de Moqtada al Sadr en los suburbios de Sadr City en Bagdad, según fuentes médicas. Treinta y seis personas resultaron heridas, según las mismas fuentes.

En total, unas cuarenta personas murieron desde el comienzo de los combates el domingo en ese inmenso suburbio popular del noreste de Bagdad, bastión de la milicia del Ejército del Mahdi del dirigente radical Moqtada al Sadr.

Este último amenazó con poner fin a la tregua iniciada en agosto de 2007 y que contribuyó a una clara reducción de la violencia los últimos meses.

«El Ejército del Mahdi trabaja hombro con hombro con el pueblo iraquí­ por la seguridad, la estabilidad y la liberación» del paí­s, declaró al Sadr. «Si para alcanzar nuestros objetivos, tenemos que poner fin al alto el fuego, lo anunciaremos en un próximo comunicado», adelantó.

Apoyado por Washington, el gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki inició a fines de marzo una pulseada con Moqtada al Sadr y su milicia.

Entre el 25 y el 30 de marzo tuvieron lugar en las principales ciudades chií­tas del paí­s violentos combates entre las fuerzas regulares iraquí­es apoyadas por Estados Unidos y los milicianos de Moqtada al Sadr.

Esos enfrentamientos, que provocaron más de 700 muertos, según la ONU, fueron particularmente violentos en el gran puerto petrolero de Basora (sur) y en Sadr City, donde los combates se reanudaron el domingo.

La lucha se concentra en la parte sur del barrio, siempre rodeada por las tropas estadounidenses y las fuerzas de seguridad iraquí­es. Sadr City y sus dos millones de almas, privadas de electricidad, comienzan a sufrir graves dificultades de aprovisionamiento, según sus habitantes.

Explosiones de origen desconocido se escucharon durante toda la noche en el centro de Bagdad, sobrevolada regularmente por helicópteros y aviones cazas.

En Washington, David Petraeus y Ryan Crocker hablaban, entre otros, frente a los candidatos a la presidencial estadounidense de noviembre. Los precandidatos demócratas Hillary Clinton y Barack Obama reiteraron en esta ocasión sus crí­ticas a la guerra en Irak y reclamaron el retiro de las tropas.