Siguen esquilmando al pueblo


El dejar hacer y dejar pasar es uno de los principios de la lógica del sistema capitalista, especialmente de su versión más salvaje que es la etapa del neoliberalismo. Y es en nombre de ese principio y de la mal llamada libertad de mercado, que los grupos de la clase dominante nacionales y extranjeros, siguen despojando de sus bienes al pueblo a través de numerosos procedimientos, muchos de ellos ilegales pero encubiertos con el ropaje hipócrita de la supuesta democracia que se dice existe en el paí­s.

Félix Loarca Guzmán

Ayer martes por la mañana, tuve oportunidad de escuchar el programa de teléfono abierto «El Pueblo Habla» que se transmite diariamente a través de Radio Sonora bajo la conducción de los excelentes locutores Joel Villatoro y César Romero, en el cual coincidentemente participaron varios oyentes denunciando los cobros excesivos del servicio eléctrico correspondiente al pasado mes de diciembre.

Una señora relató con profunda indignación que la factura de la Empresa Eléctrica le llegó ahora con un monto que casi duplica los cobros de los meses anteriores. Hizo la salvedad que en su casa no hicieron nacimiento ni tampoco instalaron árbol de Navidad, por lo que resulta inconcebible la cantidad que ahora le atribuyen en concepto de consumo del fluido eléctrico.

Curiosamente, otras personas formularon denuncias semejantes aludiendo al hecho que en diciembre mantuvieron un nivel de consumo parecido a octubre y noviembre, pero en cambio las facturas que envió la Empresa Eléctrica están recargadas en forma muy significativa. No es la primera vez que se produce éste fenómeno del aumento encubierto de las tarifas eléctricas con motivo de la época de Navidad y Año Nuevo.

Es fácil colegir que los empleados de la Empresa Eléctrica inventaron la lectura de los contadores del mes de diciembre bajo el supuesto que en esa época el consumo es más alto por los nacimientos y los arbolitos navideños. Sin embargo, yo tuve la oportunidad de hablar con personas que viven solas en su casa y carecen de televisor, refrigerador, así­ como horno de microondas. Además, mantuvieron el mismo nivel de consumo de los meses anteriores, pero la factura también les llegó con una cantidad exagerada.

Asimismo, conocí­ el caso de un inmueble que está desocupado en la zona uno de la capital de Guatemala, cuyos propietarios únicamente llegan para hacer la limpieza dos veces al mes. Con ellos también se repitió el fenómeno de las facturas recargadas de la Empresa Eléctrica.

Obviamente el grupo español que ahora tiene en sus manos la mayorí­a de las acciones de la Empresa Eléctrica está esquilmando al pueblo con procedimientos altamente censurables como los de simular la existencia de un alto consumo para cobrar una mayor cantidad de dinero.

Desdichadamente, el pueblo de Guatemala está indefenso, pues las oficinas del Estado que deberí­an proteger los derechos de los consumidores son totalmente inoperantes como es el caso de la DIACO. Por estos abusos que sólo ponen de relieve la impresionante voracidad y afán de enriquecimiento de los grupos empresariales utilizando prácticas inmorales, es que se justifican las acciones de nacionalización de las empresas extranjeras de electricidad y telecomunicaciones tal como lo ha anunciado el presidente Hugo Chávez de Venezuela.