Siguen demostrando ser incompetentes


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El método de prueba y error en un gobierno representa correr el enorme riesgo de tirar por la alcantarilla cuantiosos fondos públicos que debieran invertirse en obras o servicios que urgen a nuestra sociedad. Si alguien busca una evidencia de incompetencia del actual gobierno en su primer año y siete meses de gestión, con solo revisar lo ocurrido con la violencia y delincuencia, en un dos por tres la encuentra.

Francisco cáceres Barrios


Pero la muestra que nos dieron las autoridades la semana pasada, cuando improvisadamente dispuso hacer cambios orientados a los motoristas en la Ley de Tránsito fue más que demostrativa, pues ni siquiera el presidente y su favorito ministro lograron ponerse de acuerdo en algo tan sencillo, como modificarlos apenas 24 horas después de promulgados.
El Diario de Centro América publicó en su edición del lunes 26 de agosto recién pasado, que el Departamento de Tránsito invierte Q106 millones en proyectos viales con el ánimo, cito textualmente: “de mantener la tendencia a la reducción de los accidentes de automotores en las carreteras del país”. Ante tan considerable suma de recursos pregunto: ¿Por qué no se dijo en dicha  noticia en qué se está gastando tanto dinero y de dónde sacaron la información  para asegurar que los accidentes en las carreteras del país se están “reduciendo” y así calificarlo de “tendencia”? Aquí es donde los chapines llegamos a la conclusión de que ahora estamos más amolados que nunca, puesto que encima de administrar mal los escasos recursos nos mienten a las claras.
Disculpen si continúo insistiendo en que las estadísticas confiables sobre la accidentalidad del tránsito en Guatemala no existen. Así como la policía nacional tiene datos, los bomberos dan otros, los hospitales otros y las municipalidades otros distintos, pero ninguno permite saber con certeza la causa u origen de los mismos ¿Entonces, cómo van a poder prevenirlos con la seguridad necesaria? Claro, podrán repetir como loros aquellas conclusiones que dicen ser las de conducir en estado de ebriedad, alta velocidad o las malas condiciones mecánicas de los vehículos pero, que haya un dato confiable y certero, disculpen pero desde que tengo uso de razón nuestras autoridades lo viven inventando.
De ahí que formal y nuevamente solicité a las autoridades que las labores de prevención de accidentes las ejecuten de la mano con la ciencia y la técnica. Ya no más chapuces e improvisaciones por favor. Por ejemplo: ¿quién les dijo que el color anaranjado para los chalecos de los motoristas es mejor que el amarillo? Claro, como ese dinero no sale del bolsillo de los funcionarios no les duele ni pasan penas para gastarlo y algo más, ¿será suficiente solo dar clases de prevención de accidentes de tránsito a los niños, cuando los ahora conductores de vehículos pesados, de vehículos colectivos, automóviles o de motos no saben ni para qué sirven los pide vías, por cuanto nunca los utilizan?