Siguen abiertas las plazas en puestos clave


Una semana antes de que la UE designe a su presidente y al ministro de Relaciones Exteriores, los favoritos, el belga Herman Van Rompuy y el británico David Miliband, parecí­an hoy haber perdido puntos en las apuestas, mientras se rescataban antiguas candidaturas.


«Â¿Se esfumaron las posibilidades de Van Rompuy?», se preguntó hoy el diario belga Le Soir. «La duda se instala: nuestro Primer Ministro sigue siendo favorito pero el juego se complica», estimó.

Van Rompuy era considerado hasta ahora el único candidato de consenso entre los 27 paí­ses miembros de la Unión Europea (UE) para convertirse en el primer presidente del bloque.

Pero la constante que parece imponerse en las negociaciones entre capitales es que, cuanto más tiempo pasa, más las posibilidades de las favoritos se tambalean.

Los 27 disponen hasta el dí­a 19 para resolver sus dudas, cuando los jefes de Estado y de gobierno se reunirán en Bruselas en una cumbre extraordinaria para anunciar los nombres del presidente y del Alto Representante para la Polí­tica Exterior.

Ambos cargos serán creados con la entrada en vigor en diciembre del Tratado de Lisboa, llamado a reforzar el peso de la UE en el mundo y mejorar su eficacia interna.

Un pacto no escrito, pero que todos los lí­deres dan la impresión de respetar, contempla que la presidencia recaiga en manos de un conservador y que un socialista ocupe el puesto de Exteriores.

El democristiano Van Rompuy responde a ese criterio, pero «el problema es que es considerado en algunos paí­ses como una imposición franco-alemana», explica un diplomático europeo. «La postura de Gran Bretaña será esencial al final», indica.

Pero las intenciones de Londres no están claras. El ministro británico de Relaciones Exteriores, David Miliband, habrí­a abandonado definitivamente la carrera al puesto de Alto Representante, pese a la amplia aceptación que suscitaba entre muchos socios europeos.

Miliband afirmó el miércoles querer «permanecer» en Gran Bretaña en vistas a las elecciones legislativas en 2010, que se anuncian difí­ciles para su Partido Laborista.

Muchos de sus colegas confí­an en que el joven ministro asuma un dí­a las riendas de la formación y no están dispuestos a dejarlo marchar a Bruselas.

Su alternativa más creí­ble por ahora es el ex primer ministro italiano Massimo D»Alema.

«No veo emerger ningún otro candidato socialista que tenga el mismo apoyo que D»Alema», declaró el jueves a la AFP el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Franco Frattini, afirmando que «la pelota se encuentra ahora en el campo de la presidencia sueca de la UE».

Para la presidencia, el primer ministro británico, Gordon Brown, sigue aferrado a la candidatura de su predecesor en el cargo, Tony Blair.

Pese a la negativa casi rotunda que arrancó su nombre entre las capitales europeas, Brown no parece dispuesto a arrojar la toalla a menos que sus socios le compensen con algún otro puesto clave en Bruselas, como la cartera de Economí­a en el seno de la Comisión Europea.

Los británicos, tradicionalmente euroescépticos, tampoco ven con buenos ojos a Van Rompuy, considerado un federalista.

Con la candidatura belga perdiendo fuelle, vuelven a primera plana algunos nombres que sonaban hace unas semanas: el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, su homólogo holandés, Jan Peter Balkenende, y la ex presidenta letona, Vaira Vike-Freiberga.

«Estoy preparada para este trabajo», declaró el jueves al diario español El Mundo Vike-Freiberga, de 72 años, una atlantista convencida que apoyó la guerra en Irak.

Su candidatura encaja con uno de los criterios que el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, cuyo paí­s ejerce la presidencia rotativa del bloque, fijó para la distribución de ambos cargos: un equilibrio entre hombres y mujeres.

Paralelamente, Freiberga se mostró muy crí­tica con el procedimiento de elección en la UE, «como siempre, en la oscuridad, detrás de las puertas», en conversaciones privadas entre sus dirigentes, lamentó.