La Corte Constitucional turca reanudó hoy sus deliberaciones sobre una eventual prohibición del partido en el poder, acusado de actividades antilaicas, y su decisión debería conocerse en los próximos días.
Este juicio es el primero que se abre en Turquía contra un partido en el gobierno.
Los 11 magistrados habían debatido durante más de 12 horas ayer sobre la petición de prohibición del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, surgido del entorno islamista).
Los jueces han previsto reunirse cada día, durante un periodo indeterminado, hasta alcanzar una decisión. Según los observadores, el hecho de que decidiesen prolongar los debates hasta anoche hace pensar que su decisión será hecha pública en los próximos días.
La prensa turca considera que los jueces podrían decidirse antes del viernes. El veredicto necesita el acuerdo de siete de los once magistrados.
Las deliberaciones tienen lugar en un clima de tensiones políticas en Turquía, exacerbadas por un doble atentado perpetrado el domingo en Estambul que dejó 17 muertos y no fue reivindicado.
El tribunal podría aceptar o rechazar el recurso, u optar por una vía intermedia, privando por ejemplo al AKP de financiación pública.
El AKP fue creado en 2001 sobre las cenizas de partidos islamistas que también habían sido disueltos alegando que realizaban «actividades antilaicas».
En el poder desde 2002, victorioso en las legislativas de 2007, el AKP se ha ganado las críticas de los medios pro laicos al intentar legalizar el velo islámico en las universidades, tema sensible en un país mayoritariamente musulmán pero fundado en un laicismo estricto.
La justicia pide también que se prohiba a 71 miembros del partido, entre ellos el primer ministro Recep Tayyip Erdogan y el presidente Abdulá Gul, pertenecer a un partido político durante cinco años.
Si el AKP fuera disuelto, se deberían organizar elecciones legislativas anticipadas este otoño (boreal).
Este es un nuevo episodio del pulso entre instituciones laicas de Turquía -entre ellos el ejército y el sistema judicial- y el partido en el poder, muchos de cuyos miembros son musulmanes practicantes que afirman haber renunciado a mezclar religión y política.
El año pasado, el lucha de poder había provocado un bloqueo institucional durante la elección del presidente por el Parlamento. Los medios laicos, que organizaron manifestaciones gigantescas, se oponían a que un miembro del AKP accediese a la presidencia.
Finalmente, tras la victoria del partido de Erdogan en las legislativas convocadas en julio de 2007 para salir de la crisis, el ministro de Relaciones Exteriores se convirtió en el primer presidente surgido de la corriente islamista.
«Cualquiera que sea la decisión, el AKP debe emprender un nuevo inicio», consideró Sedat Ergin, del diario Milliyet, a la cadena de información NTV.
Este comentarista considera que el AKP creyó disponer de un mandato ilimitado tras su amplia victoria electoral del año pasado y abandonó la prudencia con que había actuado en la anterior legislatura.