Significado de la paz


En la actualidad, hombres y mujeres de Guatemala defienden sus derechos para vivir en libertad y promueven el diálogo y la negociación polí­tica para la solución de conflictos. Estos factores permiten otorgarle un valor ético a la paz.

Carlos Cáceres

Impulsar la paz significa realizar esfuerzos para fortalecer principios como la equidad, justicia, democracia, libertad y respeto al ambiente. No existe naturaleza humana sin cultura y ésta se vincula al impulso y presencia de los derechos humanos como referentes de dignidad.

¿Cuál es el significado de la paz y su vinculación con los derechos humanos? Una respuesta inmediata implica reconocer la necesidad de una vida digna y rechazar la violencia como medio para imponer una ideologí­a. Paz y derechos humanos deben ser concebidos como conductas. Son estilos de vida y se ejercen de acuerdo a un criterio propio, lo cual ubica el contenido de autonomí­a y responsabilidad.

En la actual etapa de paz en Guatemala, el Estado debe asumir su responsabilidad ante ciudadanos y ciudadanas para no vulnerar ningún derecho cultural, económico, polí­tico o social y, de esa manera, evitar cualquier exceso de orden individual. La racionalidad para actuar ante la vida permitirá avanzar a guatemaltecas y guatemaltecos, según su visión del mundo. La paz y los derechos humanos son ejes básicos pues consolidan el proceso de civilización.

La presencia de la paz -junto a la democracia- y los derechos humanos, fortalecen el estado de derecho, lo cual significa fortalecer la vigencia constitucional, división de los poderes del Estado, descentralización administrativa, libre sufragio y respeto a los derechos fundamentales y sus garantí­as, en una democracia pluralista, la cual permite el ejercicio de la libertad.

Guatemaltecas y guatemaltecos tienen el derecho de ser tratados por igual sin discriminar a nadie. La igualdad polí­tica y la tolerancia son esenciales en la paz -formando parte la democracia- pues permiten la convivencia social. Ciudadanos y ciudadanas hacen especiales esfuerzos para defender su derecho a vivir en paz. Este aspecto incluye comprender que se debe respetar la soberaní­a e inviolabilidad fronteriza entre estados, así­ como el derecho de cada nación a utilizar sus recursos y escoger el camino más conveniente para su desarrollo. Es una realidad que permite afirmar lo siguiente: salvaguardar la paz significa igualdad de derechos para los pueblos y el derecho de los pueblos a disponer de ellos.

El actual proceso de paz y respeto a los derechos humanos en Guatemala, permite fortalecer la especificidad espiritual de la población maya. Nadie debe interferir en la transmisión de sus valores como parte de su cosmovisión. Los pueblos mayas se encuentran asociados a dinámicas sociales, impulsan sus organizaciones a nivel nacional y regional con capacidad para reemplazar dirigentes, poseen información de las leyes guatemaltecas, creciente inserción en los mercados, capacidad para formular y conducir proyectos socioeconómicos, y tienen derecho a reproducir su patrimonio cultural.

La lucha por la paz involucra en forma activa a la población guatemalteca, Es un principio que tiene por objetivo lograr el entendimiento mutuo. La paz significa preservar a las futuras generaciones de guatemaltecos y guatemaltecas del flagelo de la guerra y resolver los conflictos mediante la negociación. La guerra es la expresión más elocuente de la falta de significado que tiene la vida. Aunque las acciones guerreras puedan estar llenas de contenido técnico y cientí­fico, el hecho mismo de que sean instrumentos para terminar con la vida humana, señalan su inoperancia en un proceso de modernidad.

En Guatemala, donde la paz y la democracia han existido precariamente, luchar por esos factores se encuentra inmerso en el desarrollo de transformaciones económicas, polí­ticas y sociales. También significa elevar la conciencia polí­tica de la población para lograr una adecuada convivencia.

En las condiciones de crisis -contradicciones no resueltas dentro del actual orden socioeconómico y polí­tico de Guatemala-, alcanzar la paz se convierte en premisa para el progreso. Con relación a esta afirmación, debe señalarse que el progreso va unido a todo lo que significa civilización y, por lo tanto, modernidad. El efecto inmediato del progreso se explica en los cambios que se producen en el medio social. Nadie desconoce esta situación y explica las movilizaciones a favor de la paz.

En Guatemala, la lucha por la paz puede ubicarse como el espí­ritu que empieza a abrir una nueva época y significa -dentro de la modernidad- impulsar acciones que no tengan la única presencia de individualidades. Este hecho permite la participación activa -con su opinión, entre otros factores-, de un mayor número de ciudadanas y ciudadanos y en ambos sectores tienen claro que la lucha por la paz y la democracia es la única forma donde puede lograrse a plenitud la creatividad y el bienestar humano. Son factores contenidos en los Acuerdos de Paz firmados hace doce años.