Estadísticas oficiales revelan que hasta el 11 de abril fueron asesinados siete miembros de la Policía Nacional Civil (PNC) durante el cumplimiento de su deber. Aunque la situación de los deudos se complica por la pérdida de un ser querido, la asistencia de la institución policial tarda en llegar.
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Mario Rodolfo Hernández Enríquez, un agente de 35 años, pereció el pasado 2 de abril cuando evitó el asalto y la muerte de un automovilista, quien en su momento admitió que el policía arriesgó su vida cuando asaltantes armados le exigían la llave de su automotor en la colonia La Reformita, en la zona 12 capitalina.
De acuerdo con el relato, el agente de la PNC no dudó en cumplir con su obligación y enfrentó a los delincuentes, aunque le superaban en número.
Hernández Enríquez no sólo era un policía de carrera –14 años de servicio en la institución–, sino también era padre de tres niños, de 8, 9 y 12 años, quienes hoy quedaron en orfandad, pero que según su viuda, Ángela España, lo recordarán para siempre como un “ejemplo” a seguir por su valentía.
“Sentimos mucho su ausencia. Era un buen esposo, cariñoso conmigo, con nuestros hijos y respetuoso con la gente. Para nosotros y para los que lo conocieron era una gran persona, un ejemplo a seguir para muchos”, destaca la deuda.
De acuerdo con España, su esposo soñaba con vivir en una casa propia –pues aún alquilan una vivienda en Jutiapa– y días antes de ser asesinado, Hernández tramitaba un préstamo bancario para cumplir su anhelo.
Además, apoyaba económicamente a sus padres, dos personas de avanzada edad –de más de 80 años–. Un día antes de ser asesinado prometió a su progenitor que cenarían juntos, sin embargo, ese momento no llegó.
Ahora la familia España Hernández enfrenta serios problemas económicos, pues la viuda debe reunir Q1 mil mensuales para el pago de la renta de la vivienda, aunado a los gastos escolares –Q700– que implican la educación de sus tres niños.
La entrevistada refiere que hasta hoy desconoce si serán beneficiados con el auxilio póstumo de su esposo, pues aún no han recibido información ni apoyo económico de parte de la institución policial.
El día que se realizó un acto conmemorativo en memoria de Hernández Enríquez en la Dirección General de la PNC, los deudos viajaron a la capital y según indican, reunieron dinero para pagar su estadía en un hotel de la ciudad.
AUXILIO PÓSTUMO
El auxilio póstumo en la Policía es un régimen de previsión social complementario, que se capitaliza con las contribuciones de los miembros de la institución policial –no por aportes del Estado–, y según el Departamento de Asistencia al Personal de la Subdirección General de Personal de la PNC, la entrega de este beneficio puede tardar hasta dos meses y medio.
La “contribución” que deben realizar los policías para asegurar a sus familias varía de acuerdo con el grado jerárquico de cada servidor, es decir, que al personal de escala básica y carrera administrativa –agentes, subinspector e inspector– se les descuentan Q100 mensuales; a la escala de oficiales subalternos –oficiales I, II y III– Q150; a la escala de oficiales superiores –subcomisarios, comisarios y comisarios generales– se les deducen Q200.
Los montos que reciben los beneficiarios de los policías son entre Q75 mil a Q200 mil, dependiendo del grado alcanzado dentro de la institución. En algunos casos los deudos solicitan un anticipo de Q15 mil.
En lo que va del año, la mayoría de familias de fallecidos aún no reciben este beneficio, pues los trámites están pendientes, admite el personal de la instancia. A los beneficiarios que residen en la capital supuestamente se les explica directamente qué papelería deben entregar para hacer efectivo el auxilio póstumo y a los que están en el interior del país se les contacta por vía telefónica.
“Una parte fundamental del régimen es que es eminentemente social, porque velamos para que cada quien cobre sus beneficios; no hay interés que ese dinero se acumule, porque los mandos superiores están pendientes que ese dinero se entregue a los beneficiarios”, refiere una fuente de la PNC.
El personal del Departamento de Asistencia al Personal reitera que las boletas de los beneficiarios están resguardadas y legalizadas para que los familiares de los policías muertos sean los únicos acreedores de ese dinero.
En 2011, el exministro de Gobernación, Carlos Menocal, admitió que existía una deuda histórica de Q14 millones para familiares de policías que murieron en cumplimiento del deber o que se jubilaban.
Sin embargo, en la actualidad esta situación ha cambiado según la Subdirección General de Personal, porque se incrementó la “contribución” de los policías y los procedimientos se simplificaron. Supuestamente “no hay déficit, ni expedientes en cola, pues hay una reserva –económica– considerable”.
Por otro lado, se explica que también existe un seguro de vida de Q100 mil para los deudos. El dinero es entregado de la institución policial y es un monto general para los policías, no importa si estaban fuera o dentro de servicio, tampoco grado jerárquico.
APOSTAR POR PREVISIÓN
Francisco Quezada, investigador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), considera importante que la institución policial apueste por la previsión y agilización de pensiones para los familiares de los policías que son asesinados en cumplimiento del deber, pues eso es parte de la dignificación.
“Creemos que la previsión para un agente es importante, eso le da la seguridad de estar cumpliendo con su labor y se ve en muchos países del mundo que apuestan por la dignificación, el agente tiene esa garantía”, refiere el entrevistado.
Según el profesional, en otros países del mundo, como Estados Unidos, Chile y Colombia, un policía muerto en combate es reconocido por el Estado y la sociedad, esto no se evidencia únicamente con honras fúnebres especiales, sino que se traduce en beneficios.
“Cuando un policía fallece en cumplimiento del deber –en otros países– tienen beneficios adicionales, no sólo una honra especial que para esta gente la mística es bien importante, también la familia recibe una condecoración, una pensión para la viuda y sus hijos y otros beneficios extras”, reitera Quezada.
Por otro lado, el representante del CIEN destaca que es necesario que los responsables de los crímenes de policías sean detenidos y procesados.
“Es muy importante una persecución penal a los hechores de estos actos, en todos los países la fuerza se vuelca cuando un agente es agredido porque eso le da confianza al equipo, si algún compañero cayó saben que todo un cuerpo va a reaccionar para proteger la integridad de todos”, indica Quezada.
Telémaco Pérez, director de la PNC, fue consultado sobre las mejoras que busca para los integrantes de su institución y explicó que desde el año pasado se ha mejorado la previsión social para los policías, este es uno de los avances.
“La previsión social ha mejorado bastante, se empezó a trabajar desde el año pasado para atender mejor a los policías”, refirió brevemente, pues argumentó que se encontraba en una reunión de trabajo.
En entrevistas recientes a La Hora, Pérez ha indicado que “está comprometido” con la institución que dirige y entre sus ejes de trabajo está la profesionalización policial, la regionalización y la dotación de insumos para los policías.
En diciembre del año pasado, el jefe policial se comprometió a no “abandonar” a los policías discapacitados, pues muchos de ellos han sido afectados por pensiones burocráticas o escasa ayuda económica.
MERECEN RECONOCIMIENTO
Norma Hasbun, representante de la Oficina de Valor y Servicio de la PNC, refiere que los policías en cumplimiento del deber merecen reconocimiento de parte de la sociedad y ejemplifica el caso del agente Hernández Enríquez, quien fue asesinado recientemente.
“Ellos merecen reconocimiento porque son hombres de valor, el propio señor que iba a ser asaltado –en La Reformita– se refirió al agente –Hernández Enríquez– y admitió que estaba vivo por el policía”, explica la entrevistada.
Según Hasbun, dentro de la institución hay buenos elementos, que incluso hoy padecen las consecuencias físicas por cumplir con su labor.
“Ellos exponen su vida por salvar a otros, muchos de los policías de antisecuestros se han quedado discapacitados o sin vista por salvar a otros, a veces la sociedad sólo se fija en los policías que no hacen las cosas correctas y no en los que están haciendo las cosas bien, a ellos y a sus familias son los que Valor y Servicio busca para dignificarlos”, concluye la entrevistada.
El auxilio póstumo es un régimen de previsión social complementario, que se capitaliza con las contribuciones de los miembros de la institución policial –no por aportes del Estado–, y según el Departamento de Asistencia al Personal de la Subdirección General de Personal de la PNC, la entrega de este beneficio puede tardar hasta dos meses y medio.
De acuerdo con la explicación, los montos que reciben los beneficiarios de un policía fallecido dependen del grado jerárquico y del descuento mensual de su salario en vida, así como por la condición en la que falleció, es decir, fuera o dentro de servicio, o en actos relevantes o de alto impacto.
PNC