Siete personas resultaron lesionadas hoy, aunque ninguna por cornada, en el particularmente peligroso y rápido penúltimo encierro de toros de este año en Pamplona.
PAMPLONA / Agencia AP
La parte más peligrosa de la temeraria carrera llegó cuando el toro más grande corrió solo encabezando a un grupo de cinco toros y seis novillos y avanzaron a través de la multitud como una locomotora.
La bestia de 635 kilos (1 mil 400 libras) arrastró a media docena de corredores, sus astas cogieron a un hombre por la camiseta y a otro por la axila, y los lanzó al suelo como muñecas de trapo. Ninguno de los dos sufrió cornadas.
El hospital de Navarra informó que siete personas fueron hospitalizadas con heridas en pierna, cabeza o cara debido a caídas.
El octavo y último encierro de los Sanfermines será el jueves.