Siete ex presos políticos cubanos de los 52 que el régimen se comprometió a liberar llegaron hoy a Madrid y anunciaron «el inicio de una nueva etapa para el futuro de Cuba», mientras Washington lo consideró «un acontecimiento positivo» hacia el respeto de las libertades.
Pablo Pacheco, José Luis García Paneque, Léster González, Antonio Villarreal, Julio César Gálvez, Omar Ruiz y Ricardo González llegaron en dos vuelos comerciales a mediodía junto con una treintena de familiares.
«El arribo a la tierra de nuestros antepasados significa el inicio de una nueva etapa para el futuro de Cuba y de todos los cubanos», aseguraron los siete en un comunicado leído por Gálvez en una breve comparecencia ante la prensa a su llegada al aeropuerto madrileño de Barajas, donde levantaron los brazos e hicieron el signo de la victoria.
Esta excarcelación también fue bien recibida por el gobierno de Estados Unidos, que la consideró un «acontecimiento positivo» que esperan «represente un paso más mejorar el respeto a los derechos humanos y las libertades», según un comunicado.
Estados Unidos, que volvió a pedir la liberación de «todos los presos políticos», estimó además que los excarcelados «deberían ser libres de decidir por sí mismos si quieren permanecer en Cuba o viajar a otro país».
La Unión Europea (UE) mostró su satisfacción la semana pasada por las liberaciones y deseó que conduzcan «a una solución duradera que permita la liberación de todos los presos políticos», paso indispensable para suprimir la posición común de la Unión con Cuba en la que cada seis meses le pide dar pasos hacia la democracia.
Los siete forman parte de los 52 presos políticos que el régimen se comprometió a liberar la semana pasada.
Esta excarcelación, la mayor en más de una década en Cuba, se realizó con la mediación de las autoridades de la Iglesia Católica y del gobierno socialista español.
El ministro español de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, muy activo en la promoción de un estrechamiento de las relaciones con Cuba dentro de la UE, viajó a la isla la semana pasada, momento en que se anunciaron las liberaciones.
También forman parte de los 75 detenidos durante la llamada «primavera negra de 2003», que desató una dura reacción de la UE y empeoró unas relaciones que en los últimos años ha mejorado. En ese contexto, Moratinos está a favor de suprimir la posición común y firmar un acuerdo de cooperación con La Habana.
Según cifras de la disidencia, con las 52 excarcelaciones anunciadas, la cifra de presos políticos bajará a 115.
Veinte de los que se excarcelen emigrarán a España entre el lunes y miércoles, según dijo el lunes la Iglesia católica cubana, aunque no se descarta que sean más, ya que España dijo estar dispuesta a acoger a todos.
Otros países también se mostraron dispuestos a recibirlos.
Según la Iglesia, los liberados podrán volver a Cuba con un permiso especial y sus familias cuando lo deseen, y no perderán sus propiedades en la isla.
Estas excarcelaciones fueron criticadas sin embargo por varios disidentes cubanos residentes en España que denunciaron su traslado a España y tienen dudas sobre que sean el inicio de una nueva etapa en la isla.
«Son destierros» y las autoridades «lo están haciendo de una manera subrepticia», ya que «de las prisiones los han obligado a volar a España», lamentó el periodista Alejandro González Raga, perteneciente al grupo liberado en 2008.
«Están haciendo algunos movimientos tácticos, lavando un poco la imagen para en el fondo no hacer movimientos en lo esencial, que es el sistema jurídico, el represivo y el policial», denunció.
«No hay ningún síntoma real de que haya una verdadera apertura», «hay que ser muy cautelosos», advirtió el periodista y escritor Carlos Alberto Montaner, presidente del partido Unión Liberal Cubana (ULC).
Las excarcelaciones se producen mientras el líder comunista Fidel Castro, próximo a cumplir 84 años y sustituido desde 2006 por su hermano Raúl por una enfermedad, salió el lunes en televisión en un programa grabado, su primera entrevista en tres años y su segunda presentación al público en menos de una semana.