Este sistema económico, además, ha logrado avances tecnológicos que demuestran la capacidad que tiene el ser humano para adueñarse de los recursos naturales y transformarlos para producir los satisfactores a sus necesidades.

Lamentablemente, este desarrollo ha impactado fuertemente y de manera negativa en el planeta.

Es indiscutible que la humanidad atraviesa por un momento de crisis en donde es necesario poner las barbas en remojo y tomar decisiones de una vez por todas sobre el modelo de desarrollo del sistema capitalista, que es insostenible y violento contra la naturaleza.

Las altas emisiones de los gases de efecto invernadero y su concentración en la atmósfera empiezan a impactar sobre el medio ambiente y en contra de los seres humanos. Y acá, nuevamente se presenta una de las contradicciones del sistema capitalista: mientras una parte minoritaria de la población disfruta de los repuntes de la tecnologí­a y se hace rica con la producción industrial, son las personas más pobres las que no tienen acceso a los principales satisfactores sociales y padecen los efectos del cambio climático.

Hagamos un poco de memoria. ¿Quiénes engrosaron la lista de ví­ctimas mortales de la tormenta Stan en 2006 en Guatemala? Comunidades rurales e indí­genas del interior del paí­s y familias que viví­an en los asentamientos de la ciudad.

Así­, el problema del cambio climático también nos remite a la estructura económica y al modelo de desarrollo actual, y son los Estados los principales responsables de verificar que las grandes industrias reduzcan la emisión de gases de efecto invernadero en los próximos años. ¡O le ponemos atención ahora a este problema o este planeta se va al traste!

Y entre los más pobres, dentro del sistema patriarcal, que da mayor importancia a la visión y realidad de los hombres, las mujeres también resultan ser la parte de la población más afectada por la elevación de la temperatura en el planeta.

Este, es el principal enfoque del Informe de la Población Mundial 2009 presentado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFA por sus siglas en inglés) «Frente a un mundo cambiante: las mujeres, la población y el clima».

De acuerdo con este informe, los principales riesgos del cambio climático son el aumento de la temperatura mundial y con ello la posible extinción del 30% de las especies vegetales y animales; la elevación de hasta 43 centí­metros del nivel del mar; la desaparición total del hielo que se encuentra en el írtico; escasez alimentaria cada año en uno de cada seis paí­ses debido a sequí­as graves; y, de acuerdo a proyecciones, en el año 2075 entre 3 mil millones y 7 mil millones de personas podrí­an padecer escasez crónica de agua. ¿Qué nos parecerí­a un mundo en estas condiciones?

El informe del UNFPA también relaciona de manera directa el crecimiento de la población con el incremento de la emisión de gases de efecto invernadero. De ahí­ que también es importante el control de la natalidad y la educación sexual para la población y, principalmente, para las mujeres.

Además, también se evidencia la necesidad de alcanzar acuerdos en los espacios de representación internacional, como la próxima Conferencia de Copenhague, para que los gobiernos se comprometan a reducir los gases que han desencadenado este fenómeno climático, principalmente el dióxido de carbono.

Por ello, es importante resaltar el esfuerzo de las comunidades indí­genas y rurales en nuestro paí­s que se han resistido a la actividad minera a cielo abierto y en defensa del medio ambiente. Se necesita una lucha conjunta y constante. Tenemos un ejemplo en Ecuador, en donde la nueva constitución, impulsada por la izquierda, reconoce los derechos de la naturaleza. ¿Cuándo a nivel mundial?