SIEMBRA DE AMOR


Félix López, un humilde campesino de las pampas argentinas, habí­a concluido su faena diaria.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

En el umbral de su casa se enjugó el sudor que aún bajaba de su rostro y saludó a su esposa.

Colocó las herramientas de labranza en su lugar y se puso a descansar en el corredor de su hogar; un vivaracho chiquillo de 4 años corrió con los brazos extendidos hacia él.

La fresca brisa era el lienzo que la Creación utilizaba para reparar las fuerzas del honrado labriego. Mientras acariciaba a su retoño, su mujer los escuchó decir en voz alta:

-Tengo tres amores en la vida: Dios, mi familia y la tierra que cultivo. ¡Soy un hombre muy afortunado!

LA DICHA ES UN ARTíCULO DE PRIMERA NECESIDAD Y ESTí AL ALCANCE DE LOS SENCILLOS.