Siamesas festejan primer año


Las siamesas brasileñas de un año, Maria Luiza (I) y Maria Luana (D) están preparándose para tomar un baño, en su hogar de Recife, al noreste del paí­s. FOTO LA HORA: AFP MAURICIO LIMA

Una hermana le quita a la otra el chupete de la boca mientras aplaude al escuchar la canción de «feliz cumpleaños»: las brasileñas Maria Luiza y Maria Luana son siamesas de una de las formas más complejas, y ayer con una amplia sonrisa festejaron su primer aniversario.


En la entrada de una pequeña y humilde casa del barrio Beberibe, en la zona norte de la ciudad de Recife (noreste de Brasil), las pequeñas juegan en un colchón en el suelo, donde sufren menos las altas temperaturas. Sonrí­en y arrojan besos mientras les cambian los pañales.

Maria Luiza y Maria Luana son siamesas isquiópagas, el segundo tipo más complejo luego de aquellos unidos por el cráneo, según explicó el cirujano infantil Zacharias Calil, del Hospital Materno Infantil de Goiania, estado de Goiás (centro).

Las pequeñas están unidas por el tórax, el abdomen y la cadera, y tienen tres piernas. Además, comparten el hí­gado, los intestinos delgado y grueso, la vejiga, el ano y la vagina.

«Siempre que estoy mal (por ellas), las miro y la fuerza viene de nuevo», afirmó su madre Larissa Nunes, una bailarina de 22 años.

La condición de Luiza y Luana fue detectada a los cinco meses de embarazo, y Larissa tení­a «la seguridad de que iba a ser un problema de rápida solución», dijo.

Pero tras un embarazo de siete meses y un complicado parto por cesárea, Larissa sintió el golpe. «El shock fue cuando nacieron, no tení­a expectativas porque muchos (siameses) no resisten. Pero ellas resistieron bien y lo peor fue saber que (para los médicos de Pernambuco) era una cosa sin solución», apuntó.

Fue por eso que la familia buscó otra opción, y ahora está aguardando por una cirugí­a de separación que debe realizarse en marzo en Goiania.

«Es más arriesgado que ellas se queden así­, que hacer la cirugí­a. Y si no hacen la cirugí­a ahora que no tienen conciencia de lo que les pasa, después van a preguntar», señaló la mamá entre lágrimas.

De todos modos, la operación «es muy compleja y la posibilidad de éxito para las dos es de 50%», señaló Calil, que encabezará la intervención de las pequeñas.

«Las estructuras anatómicas son muy complejas, y siempre se pueden encontrar sorpresas durante la intervención. (…) El riesgo de muerte (de una o de las dos) es muy grande porque el hí­gado tiene una sola ví­a de drenaje», destacó el cirujano infantil, cuyo equipo tiene una vasta experiencia en la separación de siameses en Brasil.

La intervención para separar a Luiza y Luana llevará al menos 14 horas, requerirá del trabajo de 25 médicos y costará un millón de reales que cubre el Estado de Goiás. Además, la etapa pos operatoria es uno de los momentos más delicados, donde el surgimiento de infecciones puede provocar serias complicaciones, puntualizó Calil.

A pesar de su condición, las inquietas Luiza y Luana hasta el momento no han presentado problemas de salud, «sólo los comunes a cualquier niño», explicó Larissa. Y eso es una gran ventaja: «Yo tengo mucha esperanza», afirmó la mamá junto a su esposo Thiago Andrade, un auxiliar administrativo de 24 años.

El número de siameses en Brasil viene aumentando y actualmente un caso por 100 mil nacidos vivos sufre este mal, explicó Calil, que lo atribuye a «alteraciones al medioambiente y uso indiscriminado de agrotóxicos».