Si no queremos circo, no participemos en él


GLADYS_MONTERROSO

“Una costumbre indica mucho más el carácter de un pueblo que una idea” Pío Baroja

Se tornan altamente bufonescos, fenómenos acaecidos en los últimos días, entrelazados unos con otros, el primero, un mea culpa de parte de algunos colaboradores de elPeriodico, quienes siendo parte activa, de la crítica agresiva hacia varios personajes y acciones públicas y privadas, e incluso creadores de sobrenombres, si no es así

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es


¿Quién le puso el sobrenombre de Negoción Pérez a Otto Pérez? Hoy abogan por una autocensura que probablemente ellos mismos no aplicarán, y realizan una autocrítica que llega muy tarde, demostrando una falta de coherencia en sus columnas de siempre, tímidamente corrigen la plana al propio presidente del medio con el que colaboran, por lo que, sería de esperarse que por lo pronto, no volviéramos a leer de las mismas personas, todo tipo de humillaciones y quejas, cuando las situaciones y circunstancias no son a su medida, dentro del mismo medio, los únicos coherentes son los de La Última, especialmente El Bobo de la Caja que de bobo no tiene nada.

Dentro del mismo contexto, es importante analizar, el circo que montan los propios medios de comunicación, tanto tradicionales, escritos, televisivos y radio, asimismo los medios no tradicionales, como el Facebook, y otras redes sociales, con la diferencia que estos últimos, son escritos y publicados por cualquier ciudadano, de cualquier país, por lo que se puede apreciar el nivel cultural de cada uno, donde Guatemala, naturalmente deja mucho que desear, en la mayoría de los casos, pongo como ejemplo uno compartido por un “abogado” que ridiculizaba a una joven mujer, en donde se visualiza un supuesto anuncio de “Se Busca” la fotografía y nombre de la señorita, en la que se lee en la parte de abajo, por quitamaridos y cuanto improperio cupo en el texto, como comentario del que colocó el post, un jajajaja.

Dentro del esquema de los medios tradicionales, existen varios elementos que demuestran lo que somos, entre ellos, la falta de coherencia de muchos de los formadores de opinión, a quienes como seres humanos se les comprende cambios en el pensamiento, más no tirar la piedra y esconder la mano, eso no es formar opinión, eso es criticar o dejar de hacerlo por conveniencia, o por intereses personales, lo cual dista mucho de ser objetivo y constructivo, para una sociedad que se encuentra inmersa en una crisis de valores, misma que constantemente va en aumento, y cuyo mejor referente es precisamente el medio de comunicación, y sus colaboradores cualquiera que este sea, y la forma de difusión, siendo el ser humano, político por naturaleza, es imposible no tener una ideología, la misma se debe respetar, más no la desinformación, y malformación de temas que sirven al ciudadano a formarse una opinión propia.

En el mismo contexto, la mucha publicidad que se dé a un hecho específico, que afecta intereses particulares, o la nada que se dé a hechos realmente relevantes, como la desnutrición crónica que parece pasar desapercibida, los altos índices de violencia, en la que los muertos son parte de notas breves. Señores, Guatemala es percibida en el mundo por su realidad, no por las noticias que no son parte de los medios digitales, el mundo ha cambiado, y ya no se puede esconder el sol con un dedo, la realidad nos alcanzó, por lo tanto, no es relevante cuantas veces entran a prisión las sobrinas de Sandra Torres, si igual salen, lo importante es que el número de muertes aumenta desmesuradamente, y el gobierno no ha dado respuestas a muchas asignaturas pendientes, entre ellas, la seguridad prometida, parte del mensaje subliminal que envía el símbolo del partido que nos gobierna, tampoco es relevante como se evalúa al gobierno, lo importante es lo que este no ha hecho, nos perdemos en el circo de la vida, y no vemos el hambre que existe fuera del circo.