Según la nota publicada hoy por un matutino, ayer los simpatizantes de la candidata Sandra Torres gritaban frente a la Corte Suprema de Justicia que “si no hay inscripción, habrá revoluciónâ€, en lo que constituye una clara amenaza de lo que puede esperarse en los próximos días.
Evidentemente los dirigentes del oficialismo están jugando con fuego, puesto que luego de haber sembrado la discordia por las diferencias de clases, en cualquier momento puede producirse un chispazo que haga que la situación escape a su mismo control. Entre diez o veinte mil personas, basta con un piquete pequeño que arme el primer alboroto para que principie el caos y la anarquía y eso lo tienen que saber claramente los responsables de la movilización de los simpatizantes de la candidatura oficial que son trasladados por el oficialismo desde distintos lugares del país.
Evidentemente no estamos frente a un problema de tipo legal porque al final de cuentas a esos dirigentes no les conviene que todo quede en la interpretación de las normas jurídicas y quieren llevar las cosas al plano puramente político. Los argumentos tan pobres legalmente hablando que se manifestaron ayer en la vista pública son una evidencia de que no existe intención de rebatir jurídicamente los cuestionamientos, sino que se trata únicamente de exigir que se ignore la normativa constitucional que prohíbe a los parientes de un gobernante aspirar a la Presidencia para evitar el nepotismo y la constitución de dictaduras familiares. En el caso presente salta a la vista que quien realmente ha gobernado al país, en los últimos tres años y medio, ha sido quien fungió como esposa del Presidente hasta que decidió el divorcio para evitar que se le aplicara la prohibición, por lo que ni siquiera habría traspaso de poderes sino prolongación porque basta preguntar a cualquier exministro para saber que la opinión del mismo Colom era poco importante cuando su esposa decidía algo.
Aplaudiendo el coro que entonaron los manifestantes de ayer frente a la Corte Suprema de Justicia debe estar el inútil de Insulza, a pesar de que se está advirtiendo que se viene una seria crisis política en el país por irrespeto a las normas y, por lo visto, a las resoluciones judiciales. La falta de argumentación jurídica y estas amenazas hacen ver que están dando ya por perdida la batalla legal y quieren llevar las cosas a las cuestiones de hecho y parte de ello fue la presión que ayer se quiso hacer contra los magistrados para que fallen a su favor. La comunidad internacional debe saber que uno de los promotores de la crisis en Guatemala es justamente el Secretario General de la OEA.
Minutero:
Ya estamos advertidos
que van a hacer el relajo
pues ellos están instruidos
para actuar con desparpajo